Capítulo 26

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Killian

No hay nada que me joda más como ser interrumpido en el poco tiempo que estoy con Skyleen. Creí que escapar de la casa sería la mejor opción para tener libertad y privacidad, pero a dónde quiera que vayamos somos perseguidos. Suficiente tengo con escapar de mi padre y del idiota de mi hermano, como para ser molestado también por el pendejo de Riker en mi santuario. Ya es bastante malo tratar de mantenerme en control cuando estoy casa y Skyleen está alrededor, sólo para evitar que nuestra familia comencé a sospechar de lo nuestro, pero no poder estar con ella en mi propiedad es una maldita locura. Me siento como en una jodida persecución, donde aquellos que buscan joderme son mi propia familia y mis mayores enemigos.
Skyleen y yo tomamos el riesgo de estar juntos en casa, aun sabiendo que nuestros padres podrían descubrirnos en cualquier momento, pero ninguno aceptó tener que soportar el ser perseguidos por el mi estúpido hermano, y mucho menos estar al constante acecho de Alonzo y sus fieles perros. Ahora, la vida de Skyleen corre peligro por mi culpa, pero pase lo que pase, no dejaré que mi mundo la lastime.

Caminé entre la multitud hasta lograr llegar a la entrada. Abro la pesada puerta corrediza, sintiendo al instante una furia estallar en mi interior por ver al desgraciado de Riker pararse con tanto descaro en mi territorio.

- Eres más estúpido de lo que creí.

- Hola Killian, yo también me alegro de verte.

Riker no es tan imbécil como aparenta, el no vendría a mi club sin la compañía de su jodido grupo o de no ser porque recibió una orden directa de Alonzo, y su maldita sonrisa arrogante me da a entender que así fue. El desgraciado se sentía fascinado por estar molestando en el que ya sabe es un lugar prohibido.

- ¿Qué carajos haces en mi club? ¿Acaso necesito partirte la cara para dejarte en claro que no eres bienvenido aquí?

- Siempre lo mismo, el lobo gruñe pero nunca muerde- dice despreocupado.

- Acércate y veamos si esa teoría es cierta.

- Porqué mejor no cierras la maldita boca y escuches lo que vine a decirte.

Mis manos se cerraron fuertemente en puños, tratando de preservar el poco autocontrol que aún me quedaba. Aunque quisiera no puedo darme el lujo de perder la cabeza con este idiota porque así sólo confirmaría la sospechas del viejo decrépito y muy en el fondo sé que eso esperan.

- No trajiste a tus perros guardianes. ¿Estás consiente de lo que puedo hacer?

- Sé que ansias matarme a golpes, Knight, pero no lo harás.

- En serio eres un imbécil- rectifico.

Riker ríe sutilmente, haciéndome perder más la paciencia.

- Puedo ser lo que tú quieras Killian, pero también seré la persona que termine con la patética vida de la zorra que tienes como hermanita si está noche no vas al Coliseo y peleas.

- Haz lo que quieras-replico indiferente. -Esa maldita niña no me interesa en lo más mínimo.

- ¿En serio? Porque el jefe tiene unas fotos bastante sucias de ustedes que me hacen pensar lo contrario.

¡¿Pero que mierda?!
No quiero ni pensar en cuanta verdad hay en sus palabras, pero una parte de mi conoce los extremos a los que puedes recurrir Alonzo cuando las cosas no están saliendo como él quiere. Me enferma el imaginar las múltiples fotos que tiene listas para chantajearme, pero me emputa aún más el saber que mantuvo a alguien vigilándonos de cerca y ahora tiene fotos íntimas de Skyleen.

- Vaya, no sabía que el maldito Riker "Black Demon" Ward le tomaba mucha importancia al sexo.

- No te hagas el jodido inocente Knight- reclama. -Tú quieres a esa chica mucho más de lo que estás dispuesto a demostrar. Luces como un puto enfermo, asquerosamente enamorado y obsesionado con esa mujer.

Amor Inquebrantable (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora