Skyleen
Estaba tan feliz de poder deshacerme por fin de este incómodo vestido y regresar a mí estilo cómodo y común.
Para esta ocasión decidí ponerme un vestido corto de tirantes anchos, de tela delgada y simple color azul marino, junto con una chaqueta de mezclilla y mis adorados Converse blancos. Removí el maquillaje de mi rostro y deshice el sofisticado peinado que sólo me provocaba dolor de cabeza, dejando mi melena rubia suelta.
Al terminar, tomé mi bolso y salí de la habitación, pero una silueta en la penumbra me hizo dar un brinco del susto.- ¿Vas a algún lado, hermanita?- la voz grave me dio escalofríos.
- Dios mío, Elijah- coloco mi mano sobre el pecho, sintiendo mi corazón palpitar desenfrenadamente. -Que susto me diste.
- Sólo las personas culpables se sienten así cuando los sorprenden- puso una sonrisa burlesca.
- ¿Has hecho algo malo, hermanita?- inquiere. -¿Alguna perversión que quieras confesar?
- ¿Qué carajos está pasando aquí?- el tono golpeado de Killian nos hizo girar a ambos en su dirección.
Había cambiado su elegante traje por unos pantalones de mezclilla negros algo desgastados, una camiseta con tirantes anchos del mismo color con el logo de Scorpions y una chaqueta de cuero, la cual estaba colocándose apenas.
- Killian, ¿Ya te vas?- canturrea sarcásticamente.
- ¿Por qué mierda estás aquí Elijah?
- ¿En mi casa? Vaya no lo sé.
- No te hagas el idiota conmigo- espeta. -No tienes nada que hacer en este lado de la casa. ¿O es que acaso querías entrar en la habitación de Skyleen?
- No. Creo que ella ya la tiene bastante ocupada, ¿No crees?
- ¡¿Qué cagados dijiste imbécil?!
Da pasos firmes hacia Elijah y le da un fuerte empujón.
- ¡Hey! Ustedes dos, ya basta- me interpongo entre ellos, apoyando mis manos en sus pechos. -Este no es el lugar, mucho menos el momento.
- Ya escuchaste a nuestra hermanita, Killian. Deja de comportarte como un cretino en su cumpleaños.
- Eres un hijo de...
- Vámonos- sujeto el brazo de Killian. -Por favor, sólo vámonos.
Me mira con recelo y se deshace de mí agarre antes de comenzar a caminar escaleras abajo. No tardo en seguirle el paso, ya que lo último que quiero es estar a solas con Elijah.
Esta vez fuimos menos discretos al caminar entre la multitud, pero por suerte, nuestros padres no estaban alrededor y los demás invitados estaban inmersos en sus conversaciones. Killian entró de inmediato en su auto, así que tuve que acelerar el paso para no quedarme atrás.
Al instante, arranca el auto a toda velocidad, desquitando su furia con el acelerador y el motor. Esto me recordó la horrible sensación de aquella noche cuando creí que iba a morir en medio de la carretera por culpa de Killian y su imprudencia. Supongo que lo no ocurrido aquel día sucederá ahora.
Me mantuve callada, tratando de distraerme con la ciudad pasando desde mi ventana para evitar ser imprudente y decir algo que provoque una pelea entre nosotros, la cual utilizaría como excusa para desquitar su furia conmigo. Siempre es lo mismo, yo trato de hacerlo entrar en razón, él no me hace caso, terminamos por gritarnos e insultarnos, nos separamos y después de un tiempo relativamente corto, uno termina cediendo, terminando con la patética fuerza de voluntad del otro para obtener sexo de reconciliación y fingir que todo está bien.
Es cansado, pero con el tiempo se ha vuelto un hábito al cual ya nos hemos acostumbrado.
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Amor Inquebrantable (2)
RomanceSkyleen: Si alguien me hubiera dicho en lo que Killian y yo nos convertiríamos con el paso del tiempo, jamás lo hubiera creído. Hemos pasado por tantas cosas y aún no sé qué es lo que realmente siento por él. Los problemas no terminan, los secretos...