Capítulo 20

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Skyleen

Esperaba que nadie se hubiera dado cuenta de mi pequeño escape, creí que pasaría desapercibida, que mi madre no notaría mi desaparición, después de todo, en los últimos meses ha estado dirigiendo su completa atención a Robert y pensé que ahora con el tema de la boda sería peor, pero tal parece que anoche fui el centro de atención.
Mi madre no suele prestarle atención a mis actividades, a menos que ella no tenga algo en lo que ocuparse, fue por eso que con toda la seguridad decidí salir de la casa sin decir ni una sola palabra. Además, ¿cómo iba a explicar mi escapada con Killian? No había lógica alguna en ello, sólo nos hubiera expuesto sin sin ningún sentido, era preferible enfrentar un reprendo ahora que ser bombardeada con preguntas acerca de nosotros. Tal vez mi madre habría sospechado algo y me hubiese prohibido salir con él, aunque bueno, después de como terminaron las cosas creo que no hubiera sido tan malo.
Ya no puedo seguir con los cambios de humor de Killian, cada vez me confunde más y no sé hasta cuando podré seguir soportándolo. Por un momento llegué a pensar que las cosas estaban mejorando, que Killian comenzaba a cambiar, pero eso son solamente sueños estúpidos, él jamás cambiará, simplemente juega con mi mente, le gusta llenarme de ilusiones arrancarme la felicidad de raíz. Es un maldito egoísta, obsesionado con dominarme, pero no le daré el gusto, yo soy mucho más fuerte que él y se lo demostraré.
Su jugada de la cita perfecta fue lo último que hizo para manipularme. Fui una completa idiota por tratar de tener un mínimo de esperanza en él, por creer que yo era importante para él. pero sobre todo, por ser tan ilusa como para considerar que él pudiese sentir algo más por mí.
Anoche fue perfecto, incluso esta mañana. Las cosas se fueron un poco al traste cuando Killian recibió esa extraña llamada que lo hizo cambiar de actitud en un simple segundo, pero todo fue mejor cuando decidí seguirlo y sorprenderlo en la ducha. Aunque mi felicidad fue mínima, ya que esta mañana Killian se comportó más bipolar que de costumbre. Cada día lo entiendo menos. En un instante estamos de maravilla y al siguiente queremos matarnos, prácticamente hemos convertido lo que sea qué hay entre nosotros en un sube y baja extremo. Ya no puedo seguirle el paso, ni tampoco hacerme la fuerte cuando es obvio lo mucho que me afecta su desprecio. Quería negarlo, suprimirlo, hacerme la indiferente, pero hay cosas que me superan. Por más que me duela, no puedo exigirle a Killian que me ame, tan sólo puedo darle razones para que lo haga, pero únicamente él es capaz de decidir hacerlo o no.
No voy a negar la satisfacción que me da seguirle el juego a Killian, el estar en una constante competición de quien tiene más poder sobre el otro, pero llega un momento donde se olvida la falsedad y caes en tu propia red.
Me da miedo aferrarme más a él, a necesitarlo, a sentir anhelo de su tacto, de su boca. Ya no soy la misma chica que llegó a esta casa totalmente desorientada y con una actitud indomable. Poco a poco me estoy doblegando ante las pocas muestras de afecto y confianza que Killian me da, pero cuando creo estar en la cima, siempre hay algo que me hace regresar al inicio. Un gran ejemplo de eso es la extraña llamada de anoche o la conversación que estaba teniendo con su padre y hermano, donde alcancé a escuchar como lo llamaban "Kian" y vi su reacción ante ello.
No debería hacer suposiciones al respecto, pero algo me dice que su madre tiene algo que ver al respecto.
Sé que no debo presionar a Killian para revelarme su pasado porque también soy consciente de que probablemente tenga un millón de razones para mantenerlo oculto, pero muy en el fondo siento que merezco una explicación. Ahora soy parte de su vida, y aunque no quiera aceptarlo, también soy parte de su mundo. No puedo seguir en la oscuridad toda la vida, necesito que me demuestre un poco de reciprocidad, algo a lo que aferrarme para no creer que todo está perdido.

Justo en este momento debo alejar mis pensamientos de Killian, suficientes problemas me ha traído esta mañana, y el mayor se llama Sonia Evans. De no haber sido por su maldita idiosincrasia no estaríamos levantando sospechas. El que nuestros padres se enteren es lo último que necesitamos, sobre todo después de dejarme en claro una vez más que lo nuestro no significa absolutamente nada, sólo una simple distracción que nos ayuda a despejar la mente cuando estamos jodidos.

Amor Inquebrantable (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora