Capítulo 5

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Skyleen

Killian tenía el cuerpo tenso, estaba más nervioso de lo que esperaba. Respiraba de manera pesada y evitaba todo contacto visual conmigo.
Tal vez esto sí es algo grave y no estaba tratando de asustarme después de todo.

-     Elijah no es una buena persona, mucho menos un buen hijo o hermano- sus puños comenzaron a cerrarse fuertemente. -Ama ser el centro de atención, tener ventaja sobre los demás, chantajear a quien sea con tal de conseguir lo que quiere, pero sobre todo, no le importa hacerle daño a las personas si eso lo libra de sus problemas, ni siquiera si es su propia familia.

-     ¿A qué te refieres?

Killian hace una pausa para tragar la saliva acumulada en su garganta.

-     Es mejor que terminemos esta conversación- dijo, levantándose abruptamente de la cama.

-     ¿Qué? ¡No! Ni siquiera me has dicho nada- replico.

-     Creí que podría hacerlo, pero no- dijo sin explicación. -No con todo lo que implica y cuando hay mucho en juego.

-     ¿De que estás hablando?

Killian me dio la espalda y sin decir ni una palabra caminó hacia el ventanal que estaba en frente de nosotros.

-     Hey, merezco una explicación- me levanto de la cama y camino hacia él.

-     Ese es tu maldito problema. No necesitas saber nada, Skyleen.

No puedo ni describir el enojo que inunda mis venas con el atrevimiento de Killian. Odio que haga esto siempre, jugar al Dios todo poderoso y decidir sobre los demás. No tiene ni idea de lo frustrante que es vivir en una ignorancia absoluta, el creer que estas logrando conocer a alguien sumamente cerrado al mundo, cuando en realidad no hace más que mentirte al usar una falsa identidad que lo suprime de su pasado.
No entiendo porqué se sigue ocultando ante mí, creí que compartíamos un mismo pasado oscuro, ambos tenemos cosas de las cuales avergonzarnos y familia que nos ha fallado en lugar de apoyarnos. No soy diferente a Killian, he sufrido, me han maltratado, me han fallado, he llorado, pero sobre todo, me hecho más fuerte con cada trago amargo que la vida me ha obligado a tomar.
No son las malas decisiones lo que nos define, sino los retos que nos dejan en el suelo y nos enseñan a levantarnos con la frente en alto.
Entiendo que jamás podré hacer que Killian piense como yo y quizás tampoco lo haga sentir empatía, pero tendrá que meterse en la cabeza que yo no soy uno más de sus títeres u otro perro faldero detrás de sus órdenes, a mí no me puede doblegar, nunca podrá someterme y mucho menos cambiarme, tendrá que acostumbrarse a mi rebeldía y curiosidad por las buenas o por las malas, aunque conociéndolo bien sé que será la segunda opción. Con Killian siempre es por las malas.

-     ¿Por qué me quitas mi derecho a elegir?- me pongo delante de él para hacerle frente. -¿Alguna vez te ha importado lo que pienso o lo que siento?

-     ¿Y tú por qué no puedes sólo confiar en mí?

-     Porque no se trata sobre ti, es sobre esta familia- replico. -Quiero saber en lo que mi madre y yo nos estamos metiendo.

-     Skyleen...

-     ¡No, Killian! Esta vez no escaparas tan fácilmente.

-     ¡Pues si tanto quieres saciar tu maldita curiosidad entonces pregúntaselo a mi padre! ¡Yo no te debo ninguna puta explicación!

-     ¿Por qué haces esto? ¿Por qué no me dejas entenderte?

-     ¡Porque no soy el imbécil de Oliver!- vocifera. -Yo no necesito tu compasión, mucho menos tu ayuda. No soy un experimento con el que puedas poner en práctica tu psicología barata de la chica jodidamente amable y comprensiva.

Amor Inquebrantable (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora