Skyleen
La casa siguió siendo una completa locura por más tiempo del que me hubiera gustado, pero en algún punto pude obtener paz. Los invitados se habían ido, mi madre no se dio cuenta de mi ausencia y no tuve que soportar la presencia de Elijah en lo que restó de la noche, aunque no pude estar tranquila del todo, pasaban de las doce y media, y Killian aún no llegaba a casa. Supuse que se quedara en su loft esta noche, dadas las circunstancias y del odio que seguramente me tiene justo ahora. No lo culparía si dejara de hablarme o mirarme, después de todo, no tomé en cuenta sus sentimientos ni el daño que le hacía al rechazarlo. Tenía la ligera esperanza de sentirme mejor al pasar las horas, pero no estoy ni cerca de descargar mi conciencia. Una parte de mí se siente terrible y quisiera salir corriendo en busca de Killian para decirle que estoy dispuesta a intentarlo si él prometiera no lastimarme y huir cada vez que se sienta abrumando por sus emociones. Ambos estamos muy dañados y es justo que retrocedamos un paso al sentirnos amenazados, yo más que nadie lo entiendo, pero Killian se ha convertido en todo lo que juré alejarme, y a la vez, se ha vuelto en el aire que necesito para respirar.
Creí que era más fuerte, pensaba que el amor estaba sobrevalorado e incluso llegué a convencerme de estar mejor sin enamorarme.
Supongo que todo se fue a la mierda.Estando recostada en la cama, lista para dormir, escuché unos pasos torpes cruzar el pasillo.
Antes de pensar en lo que estaba haciendo, mis piernas ya habían salido de la cama y mis pies me encaminaban hacia la salida.- ¿Killian?- abro la puerta, pero la penumbra no me permitió ver nada, excepto una silueta.
- Carajo- murmura. -Eres la última persona a la que quiero ver.
- ¿Dónde estabas? Me tenías preocupada.
- ¿Ahora te preocupas por mí?- se ríe. -Eres una maldita hipócrita.
Tuve que morderme el labio para evitar agravar las cosas con más palabras hirientes.
Si Killian cree que tiene los huevos suficientes para insultarme, yo también podía demostrarle que tengo igual o más ovarios para hacer exactamente lo mismo. ¿Pero de qué serviría? No hemos hecho otra cosa más que atacarnos mutuamente, con actos y palabras. Siendo honesta no sé cómo fue que nos enamoramos, nada entre nosotros ha sido normal, ni siquiera nuestro amor.- Desaparece, Skyleen, no quiero volver a verte- exigió.
Antes de que pudiera contestar, Killian giró el cerrojo de la puerta, dispuesto entrar a su habitación y aventarme la madera en las narices, pero al estirar el brazo para abrir la puerta, formó una sutil mueca de dolor, al tiempo que se le escapaba un ligero gruñido. Me di cuenta de su esfuerzo por ocultar su molestia, pero aún así alcancé a percatarme.
- ¿Qué fue eso?- pregunto juntando el entrecejo.
- Nada.
- ¿Cómo que nada? Te vi hacer una mueca y quejarte.
- ¿Quisieras meterte en tus malditos asuntos por una vez en tu puta vida?
- No hasta que me muestres lo que pasó- insisto antes abalanzarme sobre él.
Killian intentó hacerse a un lado, pero yo no iba a detenerme tan fácilmente. Ambos comenzamos a forcejear, y en un movimiento, jalé con tanta fuerza su chaqueta de cuero que perdió el equilibrio y no tuvo más opción que retroceder y quedar frente a mí.
No había luz en el pasillo, pero sólo me bastó el claro reflejo de la luna para ver su torso desnudo y rostro completamente moreteado.- Dios mío, Killian- llevo mis manos hacia mi boca, tratando de ocultar mi expresión boquiabierta.
No llevaba camisa, de hecho, la tenía hecha bola en su mano izquierda. Lo único que traía encima era su chaqueta, pero ni con eso podía ocultar los golpes.
En su pecho y costado derecho de las costillas se podían apreciar con claridad varios hematomas, a pesar de los tatuajes que cubrían su piel. Ni que decir de su cara, tenía el labio partido, un moretón debajo del ojo izquierdo y una pequeña herida sangrante al final de la ceja.
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Amor Inquebrantable (2)
RomanceSkyleen: Si alguien me hubiera dicho en lo que Killian y yo nos convertiríamos con el paso del tiempo, jamás lo hubiera creído. Hemos pasado por tantas cosas y aún no sé qué es lo que realmente siento por él. Los problemas no terminan, los secretos...