𝐘𝐎𝐔𝐓𝐇 ⩵ 𝐙𝐁𝟏 & 𝐛𝐨𝐲𝐬 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐞𝐭

𝐜𝐚𝐬𝐭𝐢𝐠𝐨

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─ ¿Han visto a Taerae?

─ ¿Tienes lo que me debes?

─ Repito. ¿Han visto a Taerae?

─ Y yo también lo repito. ¿Tienes lo que me debes?

─ Contexto por favor. ─en medio del aula de matemáticas, Matthew se encontraba confundido, pues Keita y Gyuvin hablaban de temas que él no estaba enterado.

─ Keita me debe un billete de diez desde hace un mes. ─decía el más alto con disgusto. Siempre que se trataba de su dinero era muy quisquilloso.

─ Prometo devolverlo cuando Junhyeon me pague.

─ Ay, eso será en once años más. ─rodó los ojos y cambió de tema.─ ¿Para qué necesitas a Taerae?

─ Es que necesito su dirección, vamos a hacer un proyecto de gimnasia rítmica en su casa, pero no sé en donde queda.

─ ¿Puedo acompañarlos? Es que ya no tengo entrenamiento hasta el mes entrante.

─ Dale, pero tú compras las bebidas. ─Gyuvin asintió y Matthew comenzó a reír de forma inesperada, llamando la atención de Keita.

─ ¿Y ahora de qué te ríes tú?

─ Ten cuidado, la última vez que Gyuvin puso las bebidas hubieron problemas. ─Matthew seguía riendo al terminar de hablar.

Keita al principio no parecía recordar, hasta que en su mente llegó el momento en el que Gyuvin llevó latas de gaseosa a su casa que resultaron ser alcohol, haciendo que su madre se diera cuenta; por eso decidió cambiarle el pedido a su amigo.

─ Mejor lleva los snacks, yo me encargo del jugo.

─ Que desconfianza, ¿así te haces llamar mi amigo? ─el castaño fingió que le dolía el pecho y solo hizo que el profesor, quien había llegado minutos atrás, pusiera su atención en él.

─ Kim Gyuvin, ¿le duele algo? ─como si hubiera visto un fantasma, el nombrado tomó un color pálido a la par que detuvo todo movimiento.

─ ¿Yo?

─ ¿Acaso hay otro con el mismo nombre en la clase? ─en el momento en que el profesor levantó una ceja, Gyuvin supo que debía disculparse y sentarse recto. No quería sanciones.

La clase fue igual que siempre, nada del otro mundo. El profesor explicaba y todos escribían. Todo iba bien hasta que un golpe en la puerta del aula llamó la atención de todos.

Al abrir, una señora con lentes la cual reconocieron al instante entró cargando un paquete de papeles. Keita presentía que algo malo iba a pasar, pero no le dio importancia.

─ Buenos días. ─dijo la secretaria de la escuela con voz apática. Ella no era del tipo de persona que amaba socializar.─ Guarden sus cuadernos. Tienen evaluación de matemática.

Absolutamente todo el salón se quejó. En especial Zhanghao, quien se encontraba comiendo al fondo de la clase. A la señora no pareció importarle y pasó por cada carpeta entregando las hojas del examen.

─ Tengo una idea, pero por favor ayúdame. ─Keita le hablaba al canadiense, quien no entendía nada.

─ Dios mío, como me vengas con estupideces que pongan mi vida en riesgo juro que no la cuentas.

─ Tranquilo, solo tomaré tu cuaderno. ─con cautela, y antes de que la secretaria terminara de entregar, Keita tomó la libreta de su amigo y tomó fotos a algunas hojas.

─ ¿Qué estás haciendo? Nos van a gritar. ─Matthew comenzó a alarmarse y miraba a todos lados revisando que nadie los viera.

─ Listo. ─Keita le devolvió el cuaderno y guardó su teléfono con rapidez, haciendo que su amigo volviera a tener color en la piel.─ Solo tomé algunas fotos a las fórmulas, no las recuerdo.

─ ¿Y cómo vas a copiarlas? Genio.

─ Pondré mi celular en mis piernas y así veré todo cuando agache la mirada.

─ La vieja esa va a estar caminando por nuestro alrededor, ¿sabías?

─ Si, por eso, tengo otro plan. Voy a escribir las fórmulas en mi mano.

─ Esto va a salir mal.

─ Una ayudadita no le hace mal a nadie.

─ Empiecen. ─dando por iniciado el examen, todos empezaron a escribir.

Algunos alumnos iban avanzando rápido, pues solo era cuestión de hacer cálculos; pero otros, como Keita, no tenían idea de como hacer dichas operaciones.

Fijándose en que nadie lo observara, sacó su teléfono y buscó la fórmula para una de las ecuaciones, pero no contó con que una notificación de youtube le llegara, haciendo que suene por todo el aula. Olvidó silenciarlo.

Notó como la señora levantaba una ceja pero no hizo nada más luego de eso. Agradeció internamente y prosiguió haciendo lo más fácil primero, luego se encargaría de lo más complicado.

El tiempo pasaba de forma rápida, ahora solo quedaban diez minutos para la entrega final. Keita revisó sus hojas y notó que solo le faltaban dos ejercicios.

Sabía que la fórmula para esa operación la tenía en foto, así que sacó su teléfono. Pero no recordó la notificación de unos minutos atrás, presionándola por error haciendo que abra el video y se escuchara en medio del silencio.

Para su mala suerte, cuando levantó la mirada, la secretaria estaba mirándolo de forma fija con una expresión molesta. Tanto era su nerviosismo que no podía pausar el video, hasta que terminó por apagarlo y tirarlo a su mochila.

Como era de esperarse, la señora se acercó a su mesa y tomó su examen. Seguido le hizo una señal para que se dirigiera a la dirección. A Keita le sorprendió que no le gritara, pero sabía que le venía algo peor. Entrando, dejó sus cosas en un escritorio y suspiró tocando su cabeza.

─ Realmente esperaba que fueras más cuidadoso. Pero bueno, lo hecho hecho está. ─se giró buscando unas hojas y apuntó cosas que el pelinegro no llegaba a leer.─ Estás castigado. Te vas a quedar dos horas más y anularé tu examen.

─ Lo lamento.

─ Veré si puedo darte otra oportunidad para que realices el examen de nuevo pero aquí, conmigo.

─ Gracias. ─el japonés sintió por primera vez que esa señora no era tan mala.

─ Ya, siéntate. Debes quedarte aquí dos horas. ─obedeciendo, Keita se sentó en una silla sacando su teléfono hasta que volvió a escuchar su voz.─ Sin celulares.

Guardó el aparato antes de que se lo quitara y no supo que hacer. Hablar con la secretaria sería un caso perdido, ella siempre estaba ocupada.

No podía usar su celular y olvidó su libro en su casa, entonces optó por dibujar algo en su único cuaderno que tenía en la mochila.

Miró el reloj en la pared y notó que faltaba una hora aún para que le dejaran salir, y justo recordó que debía ir a casa de Taerae para el proyecto.

Mientras pensaba, escuchó unos golpecitos en la ventana, y cuando volteó pudo ver a Gyuvin y Junhyeon haciéndole caras raras.

Comenzó a reír hasta que recordó a quien tenía al frente. Notó que ella lo miraba, girando su vista hacia la ventana.

─ Ay dios mío. Keita...─el nombrado se quedó helado cuando oyó su nombre y miró con temor a la secretaria.─ Sal de mi vista por favor. Ya puedes irte.

Haciendo reverencias de forma rápida, Keita salió prácticamente corriendo, dirigiéndose hacia sus amigos e ir la casa de Taerae.

Después de lo sucedido, él mismo se hizo una nota mental: No copiar en pleno examen.

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