𝐝𝐞𝐬𝐚𝐬𝐭𝐫𝐞

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[Domingo - 09:00 am]

La mañana era clara, el sol entraba por la ventana e iluminaba todo el salón. Al parecer sería un domingo muy bonito, menos para el grupo de once chicos que se encontraban en el lugar.

Hanbin, quien se encontraba tendido en el piso, se despertó gracias a la fuerte música que sonaba en el parlante. Había perturbado su dulce sueño.

Al sentarse sobre el frío suelo, sintió un gran dolor en la parte baja de su espalda y una punzada insoportable en su cabeza. Cuando la tocó aún medio dormido,se dio cuenta de que llevaba puesto un calzoncillo azul de algún desconocido encima.

Al quitarlo y mirar a su alrededor, encontró un desastre en medio de la sala. Vasos por todos lados, botellas de trago tiradas, una ventana rota y mucho, mucho desorden.

Pero lo que le llamó más la atención fueron sus amigos tendidos en el piso, sillón, mesa y escaleras durmiendo como si se tratara de sus camas.

Iba a levantarse sin hacer más ruido, pero no contó con que Keita apareciera con un vaso en la mano cantando a todo pulmón, que hizo que Hanbin soltará un grito por la impresión.

─ Tengo tu foto pa' volverme loco...─el japonés cantaba, más bien gritaba, mientras bebía de su vaso y subía el volumen de la bocina.

─ ¡Mierda! Casi me das un infarto ─el castaño se levantó del piso de inmediato para bajar un poco el volumen antes de que el resto se despertara.

─ Este jugo está muy rico. ¿Qué es?

Mientras que Keita mostraba el vaso y bailaba al ritmo de la música que apenas se escuchaba, Hanbin recogía algunas cosas del suelo, intentando recordar como es que habían terminado de esa forma.

Habían todo tipo de cosas en el lugar; platos rotos, botellas vacías, envoltorios de dulces y snacks, hasta prendas que suponía era del resto de chicos.

─ Keita, aún sigues borracho. ¿No ves que eso es Coca-Cola? ─el bajito abrió los ojos y miró de nuevo al vaso soltando una carcajada.

Hanbin reía mientras miraba como Matthew despertaba e intentaba bajar de la mesa. Se acercó para ayudarlo y le entregó un vaso con agua notando su expresión confundida.

─ ¿Cuánto hemos bebido ayer para llegar a esta situación? ─el castaño aún no podía creer como es que once chicos causaron tanto desastre.

Muchos de los presentes no sabían como llegaron a quedar así, pero déjenme contarles la historia completa.

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[Sábado - 10:30 pm]

─ Ya llegó por quien lloraban. ─Woongki entraba a la casa de Ricky mientras gritaba y hacía escándalo. Ellos ya estaban acostumbrados.

Al ver al interior de la casa, notó que ya se encontraban todos dentro conversando y bebiendo algunas latas raras.

─ ¿Soy el último en llegar? ─preguntó algo asombrado.

─ Si. Habíamos quedado que a las nueve nos encontraríamos.

─ Perdón por la tardanza. No volverá a suceder. ─no dijo más y tomó una de esas latas para sentarse al lado de Junhyeon y unirse a su conversación.

─ Oigan, ¿qué canción pongo? ─Taerae preguntaba, mientras se encontraba al lado del parlante gigante tratando de descifrar como se usaba. La tecnología no era lo suyo.

─ La que sea, acepto cualquiera con tal de sacar los prohibidos. ─Junhyeon iba a ponerse de pie, hasta que Ricky lo detuvo y se colocó al centro de la sala para hablar.

─ Bien, mis padres no están aquí por lo que el ruido no será un problema, pero si rompen algo, harán que me quede sin tarjeta de crédito. Advertidos están.

Todos asintieron y sigueron en lo suyo con precaución en sus acciones. Habían olvidado que esta casa, casi mansión, era de una familia rica. Rompían algo y no podrían pagarlo ni aunque hipotecaran sus propias casas.

Zhanghao salió de la cocina con algunos vasos en la mano y con dos botellas de whisky, mientras que detrás de él salía Hanbin con una cubeta de hielos, chocando con un Gyuvin que bailaba de forma rara.

La noche recién empezaba y aún quedaba mucho por disfrutar.

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𝐘𝐎𝐔𝐓𝐇 ⩵ 𝐙𝐁𝟏 & 𝐛𝐨𝐲𝐬 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐞𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora