𝐩𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐨

995 106 15
                                    

▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭

─ ¿Cómo se le ocurre al profesor dejar un proyecto dos días antes de que se entregue? ¿Acaso enloqueció? ─por si lo preguntaban, Taerae estaba molesto.

En la clase de ciencias, el profesor había dejado un proyecto que se tenía que entregar el día jueves, siendo hoy martes. Lo peor de todo, ese proyecto definía su calificación final del mes.

─ Antes que nada, ¿cuántos somos en el grupo? ─tenían que definir su equipo de trabajo, Junhyeon rogaba con que Seunghwan lo lleve a su equipo, más no fue así, alguien habló más rápido.

─ Yo quiero en mi grupo a Junhyeon, Keita, Taerae y a Hanbin bonito. ─Zhanghao apuntaba a cada uno de sus compañeros elegidos y sonrió en grande.

─ No es justo, yo no quiero estar en un grupo de vagos como tú. ─le arruinaron el plan y la oportunidad perfecta de obtener una nota aprobatoria en uno de los cursos que más odiaba.

─ Me siento ofendido, indignado, dolido, pero no interesa, de todas formas te quedarás aquí. ─el pelirrojo comenzó a dramatizar el momento.

─ Y yo que quería irme con Matthew y su equipo, pero está bien, estando con ustedes podré alcanzar una nota promedio.

─ No te preocupes Keita, ni que fueramos a malograr todo nuestro proyecto, no somos tan idiotas. ─ya estando sentados en círculo, decidieron ver que proyecto podían realizar.

En sus mentes, ellos querían algo que los haga destacar pero que a la vez fuera algo fácil de hacer. Dieron propuestas de diferentes cosas, más ninguna llegaba a convencerles por completo, hasta que a Taerae se le prendió el foco.

─ ¿Y si hacemos una lámpara de lava? ─sus ojos brillaban, de seguro su idea iba a ser muy espectacular.

─ Ni lo pienses, el grupo de Yujin ya lo está planeando. ─así como el foco se prendió, se apagó al instante.

El grupo decidió ir a la casa de Keita en la tarde para poder organizar  las ideas del proyecto. De pasada tambien podrian descansar un rato; siempre disfrutaban del hogar del más bajito.

Siendo las cuatro de la tarde, hora en la que todos se deberían encontrar en sus casas, el grupo de cinco llegó al departamento entrando por aquella gran reja.

La mamá de Keita se sorprendió al ver a los adolescentes en su casa de forma inesperada, pero los dejó pasar con gusto.

─ Señora, ¿por casualidad no tendrá un teléfono que me preste por favor? ─Hanbin pidió amablemente a la señora que los miraba con una sonrisa.

Luego de que le entregara el aparato, marcó el número telefónico y esperó a que alguien se digne a contestar.─ ¿Mamá?...si soy yo...no me grites, estoy en casa de Keita...¡te dije que no me gritaras!...voy a hacer un proyecto, regresaré tarde...no te preocupes, Hao me lleva...te quiero. ─tras terminar la llamada con su madre, devolvió el teléfono y observó a sus amigos, quienes lo miraban fijamente.

─ Tengo miedo de tu mamá. ─Junhyeon le temía a la señora Sung; según él, parecía un lobo disfrazado de oveja esperando el momento justo para atacar.

─ Si así estás tú, imagina como estoy yo, siendo quien sale con su hijo.

─ ¿No la conoces aún? ─Taerae intervino en la conversación. Siempre le llamaba la atención la relación amorosa de sus amigos y todos sus dramas.

─ Si la conozco, ya la he visitado. Pero siempre que me ve parece que me quiere matar, sus ojos se quedan fijos en mi y me asusta. ─el pelirrojo hizo una mueca de terror, como si hablara del mismo diablo.

─ Mi mamá es buena persona, sólo que trata de cuidarme y digamos que no le agrada sus presencias. 

─ Pero si somos ángeles, ¿apoco no?

─ Junhyeon, esa ni tú te la crees.

─ Ay perdón.

─ Señora, ¿a usted si le agrada nuestra presencia? ─la madre del japonés sonreía nerviosa y asombrada, no se esperaba aquella pregunta por parte de Taerae.

Por otra parte, Keita se arrepentía de haber llevado a sus entrometidos y para nada normales amigos a su casa.

─ Sé que son buenos chicos, un poco inquietos y traviesos, pero inteligentes y confiables. ─apenas la señora terminó de hablar, el pelirrojo se le abalanzó encima y la abrazó como si fuese su propia progenitora.

Zhanghao era amigo de Keita desde que llegó a Corea, por ende conocía a su madre. Él le tenía mucho respeto y confianza, y siempre la trató como si fuera alguien de su familia.

La madre de Keita se sorprendió un poco pero terminó aceptando el abrazo, sacudiendo las mechas rojas del joven chino.

Ya al separarse, la mayor se despidió de su hijo avisando su salida, y desapareciendo de la vista de los adolescentes, que trataban de averiguar como crear su proyecto.

─ Necesitamos una botella, un motor pequeño, una lata y un filtrador. ─Hanbin terminó de leer lo primero que encontró en la laptop del dueño de la casa y trató de razonar lo dicho, él solo conocía dos de las cuatros cosas mencionadas.

─ Tenemos todo menos los implementos y las ganas para hacerlo. ─un rendido Zhanghao se tiró en el piso del lugar, despejando su mente tras leer un montón de páginas sobre experimentos extraños.

A tres cuadras hay una ferretería, necesito que alguien me acompañe. ─Keita, tomando sus llaves abrió la puerta esperando a que cualquiera de sus flojos amigos se dignara a trabajar.

─ Yo voy. ─Taerae salió y seguido de él, un Hanbin con su monedero en mano.

─ Necesito comer algo, y en tu nevera no hay lo que me gusta. ─si Hanbin no tenía un dulce consigo no era el mismo.─ Andando.

─ Como sea, Hao, te encargo mi casa, ya vuelvo.

─ ¿Puedo comer un poco de la sopa que está en la olla? ─Junhyeon salía de la cocina entusiasmado probando un poco de la comida preparada.

─ Hagan lo que quieran, solo no rompan nada. ─seguido de la advertencia, emprendió marcha con sus amigos a la ferretería con lo que debían acceder, dejando a sus dos amigos en casa.

▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭▭

𝐘𝐎𝐔𝐓𝐇 ⩵ 𝐙𝐁𝟏 & 𝐛𝐨𝐲𝐬 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐞𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora