𝐠𝐚𝐧𝐚𝐫

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En los vestidores, Gyuvin tomaba agua de forma brutal. Había olvidado lo difícil que era jugar sin practicar de forma seguida. En cambio, Yujin estaba en su mejor momento. Se sentía mejor que nunca, y con los cumplidos que le daba el entrenador pudo subir sus ánimos y su ego mucho más.

─ Bueno, ya que saben como es el nuevo plan, den todo lo que puedan en la cancha. Tenemos que ganarle a los imbéciles. No soportaré que nos humillen en nuestra casa. ─Gyuvin podía jurar que jamás vio a Gunwook así de molesto al hablar.

Gyuvin se sentía presionado, pues quería sorprender a sus amigos y superarse a sí mismo. No era su deporte favorito, pero quería dar todo lo que podía para demostrar que merecía una buena calificación en el área. Aún así, los nervios se apoderaban de su cuerpo, dándole una imagen insegura.

Cuando todos iban saliendo del lugar, el menor de los chicos notó que Gyuvin se veía diferente. Se acercó y lo abrazó sin esperar que el chico reaccionara.

─ Lo estás haciendo bien. ─dijo Yujin, separándose con las mejillas rojas, huyendo hacia la cancha dejando a Gyuvin inmóvil.

Tras unos minutos, el árbitro tocó su silbato y dio por iniciado el segundo tiempo del partido.

En las gradas, el canadiense que había acabado sus snacks seguía con hambre. Y al parecer sus amigos estaban de igual forma; así que reuniendo dinero entre todos, Junhyeon y Hanbin fueron enviados a buscar comida fuera del patio gigante.

Mientras, en el partido, las gotas de sudor bajaban en el rostro de Gyuvin. Él trataba de guiar la pelota lo mejor que podía, pero una gota cayó en su ojo, impidiéndole ver bien.

Sin esperarlo, un jugador del otro equipo lo atacó empujando su cuerpo y haciendo que caiga en seco al suelo, golpeando su pierna.

El árbitro detuvo el partido al notar a Gyuvin en el césped quejándose de dolor. Yujin corrió hacia él y trató de calmarlo.

─ ¿Estás bien? ─ayudó a Gyuvin a levantarse, pero este no podía caminar bien, y la expresión de dolor en su rostro lo confirmaba.

El entrenador pidió un cambio de jugador y mandaron a Gyuvin a sentarse para que su pierna se recupere.

─ Prometo ganar esta por ti. ─soltó abrazándolo y salió corriendo rumbo a la cancha dejando a su amigo sonrojado en las bancas.

─ ¡No puede ser! ¡Lo abrazó! ─otra vez, Keita saltaba de la emoción en las gradas.

─ Siéntate Keita. Ya lo vimos.

Fuera del patio, Hanbin y Junhyeon buscaban la tienda de comida mientras caminaban rápido. Ya tenían en mente lo que iban a comprar, pero aún así dudaban si le alcanzarían manos para llevar todo.

Llegaron a uno de los puesto y Hanbin notó a una figura conocida con una compañía algo curiosa. Se acercó a Junhyeon y le tocó el hombro para que lo viera.

─ Jun, voltea pero ten cautela. ─ignorando lo que su castaño amigo dijo, Junhyeon giró su cuerpo mostrándose obvio, llamando la atención del chico de linda sonrisa y su compañía.

─ Taerae...

─ Anda, yo compro. ─con rapidez, Hanbin empujó el cuerpo de su amigo, quien caminaba con timidez.

Después de lo que vio aquel día en la cafetería, decidió preguntarle primero a Keita sobre si sabía algo de ellos dos; el japonés le explicó y Hanbin entendió las cosas. Iba a ayudarlo un poquito.

─ Hola Jun. ─Taerae se apresuró a acercarse al pelinegro y lo saludó sacudiendo sus cabellos.─ Te presento a Taerim...mi hermana.

─ Hola chico lindo.

𝐘𝐎𝐔𝐓𝐇 ⩵ 𝐙𝐁𝟏 & 𝐛𝐨𝐲𝐬 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐞𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora