Capítulo 6: Violencia conyugal

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Durante el clímax de la gran guerra demoniaca el ejército real se encontraba luchando contra las hordas del rey demonio al norte del reino de Fragia, decenas de miles de soldados luchaban sin cuartel siendo ayudados por los magos del reino, pero los demonios eran demasiado poderosos y más numerosos, si el ejercito caía probablemente el reino también.

En la retaguardia del ejercito demoniaco, un grupo conformado de unas pocas personas lideradas por Alexis, Ciel y la bruja Rosemary estaban yendo directamente al trono del Rey Demonio, el plan era simple pero arriesgado, utilizar el caos de la guerra para infiltrarse detrás de las líneas enemigas y atacar directamente al jefe final.

Mientras tanto en la capital real en el trono se encontraba Beatriz quien lideraba toda la operación con un enorme grupo de magos telépatas quienes con sus esperas de cristal transferían las ordenes de la monarca a los generales aliados.

- ¿Cómo va la lucha?

Uno de los magos hablaba a la bola de cristal la cual brillaba para luego darse la vuelta a la monarca.

-Me informan que nuestro ejército apenas y puede resistir la embestida del ejercito demoniaco, no sabemos cuánto podremos resistir.

La monarca estaba vestida con su traje mágico de batalla mientras su fiel sirvienta Matilda estaba sentado a su lado con una enorme maleta sosteniéndola con sus dos manos frente a su cuerpo.

- ¡Demonios!

La princesa estaba mordiéndose las uñas de la tensión, el plan ella lo había formulado, pero no estaba segura si pudiera funcionar, pero no podía retractarse.

- ¿Y el grupo del héroe Alexis?

Otro mago se comunicaba con su bola de cristal.

-Han pasado el último punto de contacto, esto significa que ya se adentraron a territorio enemigos, no ha habido combates hasta el momento, pero después de esto ya no nos podremos contactar con ellos.

La Monarca sonrió un poco pese a su gigantesca ansiedad.

-Muy bien, vamos Ciel, Alexis, de ustedes depende nuestra victoria.

Pero de repente el complejo real se iluminaba con una luz rojiza y unas trompetas empezaban a sonar.

- ¿¿La alarma??

La princesa solo podía abrir los ojos de la angustia de no saber que estaba pasando.

-Mi Lady, informan que unas figuras desconocidas sobrevuelan encima de las murallas de la capital, están a poco de llegar.

- ¡CARAJO! ¿Por qué justo ahora?

Las criaturas aladas eran unos guivernos que sobrevolaban la capital y ya estaban por encima del castillo del cual empezaban a disparar una ola de flechas de todo tipo, imbuidas en fuego, el agua, rocas y demás hechizos mágicos, pero estos no les daban a las bestias aladas.

Encima de los guivernos estaba unos jinetes los cuales estaban totalmente encapuchados y cuando ya estaban lo suficientemente cerca estos brincaron de forma temeraria, al chocar con el edificio estos lo destrozaron con su mera caída como si ellos pesaran varias toneladas.

En el salón real se podía sentir el temblor ante el aterrizaje de los enemigos quienes tras unos pocos minutos habían masacrado a todos los guardias que estaban en los cuartos superiores, en el techo y en los pasillos hasta llegar al salón donde se encontraba Lady Regente.

-Ya llegaron, esos malditos pensaron en el mismo plan que nosotros, distraer al enemigo con una batalla aparentemente decisiva para realizar un ataque sorpresa en la retaguardia y matar al rey.

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