Capítulo 8: Ruptura

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Ya era de noche, las estrellas y la luna se podían ver en el firmamento. Las últimas nubes de color carmesí habían desaparecido. En medio de ese vasto territorio conformado por casas de nobles y demás aristócratas se podía ver una que destacaba del resto.

Una mansión muy destruida, casi a punto de colapsar daba sus últimos momentos de aguante. Desde afuera se veían dos enormes cortes de tierra que se extendían a cada extremo de ella levantando columnas de humo, a causa de dos ataques cortantes que venían del patio de la mansión. Éstos hicieron retumbar todo el área.

Saliendo de allí estaba Ciel, que se había cubierto de la gruesa capa de tierra que había dentro, y al abrir bien sus ojos solo podía ver a dos figuras en cada extremo del patio dándose las espaldas en silencio: eran el héroe Alexis y la princesa Beatriz. Cada uno sostenía sus armas legendarias que brillaban debido a las piedras mágicas incrustadas en ellas.

- "¿Alexis? ¿Pero qué está haciendo aquí? Se supone que él debía volver en unos dos días, ¿Qué está pasando?"

La Santa no podía hacer más que ver impactada a sus compañeros de matrimonio.

-Lo siento, Beatriz.

De repente, la parte superior de la ropa del héroe se había hecho trizas, y se mostraba su cuerpo bien forjado en mil batallas. En su pecho había algunos cortes que emanaban su sangre, pero sólo se trataba de heridas superficiales.

-N-no podía esperar menos del héroe... lo siento Ciel...

Pero entonces un enorme corte se abría a un costado de la princesa habiendo atravesado su armadura mágica. De él, un gran chorro de sangre salío disparado y entonces cayó al piso.

- ¡BETTY!

Ciel corrió directo hacia Beatriz, que estaba tirada en el suelo.

- ¡BETTY RESPÓNDEME! ¡BETTY!

Se podía ver el rostro lleno de pánico de Ciel, que estaba con sus lágrimas a punto de salir. Rápidamente con una de sus manos trató de curar la herida de Beatriz usando sus poderes sagrados.

-Ci-el...

- ¡PERO QUÉ HAS HECHO ALEXIS! ¿POR QUÉ ATACASTE A BETTY?

La Santa no se atrevió a mirar a su esposo a la cara, solo se podía escuchar su voz de indignación.

-...

- ¡RESPÓNDEME!

-No quería atacarla mortalmente pero ella no me dejó opción.

Entonces del interior de la mansión a punto de colapsar salieron dos figuras femeninas: una vestida de criada y la otra de monja.

- ¡CIEL! ¿Dónde estás? ... ¡AHHH!

- ¡Deténgase! No puede entrar a esta propiedad... ¡LADY BEATRIZ!

Las dos chicas vieron horrorizadas la escena donde una moribunda Beatriz se encontraba en el regazo de Ciel, a quien no se le podía ver el rostro y al otro lado al héroe Alexis con la camisa destrozada con algunas heridas leves y también con los ojos tapados. Él se había dado cuenta de la presencia de ambas al llegar.

-Lo sé todo.

- ¿Lo sabes todo? y... ¿decidiste matarla por eso?

-No, yo quise hablar con ustedes.

- ¿Y CÓMO FUE QUE LE HICISTE ESTO A BETTY?

-...

-Lo siento... lo siento... no quería que esto acabara así, pensé que podríamos decírtelo algún día, perdóname por haberte ocultado esto por tanto tiempo.

Un mundo carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora