Capítulo 17: confrontación

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En la capital del reino de Fragia se hallaba la sede del poder monárquico y religioso, los máximos lideres eran el rey Bartholomeo Bertrand y el papa Magno Luise XII, cuando Beatriz y Ciel desaparecieron ambos mandaron a sus guardias a buscarlas, pero pese a que ambos tenían intereses en común lo normal era que cada quien buscaba un beneficio propio, cuando Ciel fue encontrada por los caballeros sacros al primer lugar que se dirigieron fue la santa sede antes que pasar por el palacio real.

En la entrada de la santa sede se encontraba una guarnición de caballeros sacros a caballo liderados por el capitán Constantino, a su lado había dos figuras encapuchadas que compartían caballo, dejaron ver sus rostros y se vio el eran santa Ciel y la hermana Esmeralda.

-Hemos llegado su santidad, nuestro señor espera verla de inmediato.

Exclamaba Constantino.

-Muchas gracias capitán, iré a hablar con el de inmediato.

Ciel se había bajado de su caballo con ayuda de un caballero, cuando la santa se alejaba Esmeralda la seguía hasta que unos guardias le bloquearon el camino.

-Lo siento hermana Esmeralda, esta prohibido seguirla en este punto.

La religiosa solo los veía a ambos con desconfianza, pero cuando estaba a punto de decir algo alguien la interrumpió.

-Déjenla pasar, ella viene conmigo.

-Lo sentimos su santidad, pero está prohibido que hermanas o cualquiera que no tenga un rango alto en el clero pasen aquí sin autorización.

-Y yo le estoy dando esa autorización.

-P-pero su santidad el Papa quiere hablar personalmente con usted.

- ¿Vas a desobedecer una orden directa mía?

Los guardias no sabían que responder, eran 2 órdenes que se contradecían de los más altos cargos de la iglesia hasta que.

-Está bien, déjenla pasar.

Interrumpía el capitán Constantino.

- ¿Está seguro capitán?

-Por supuesto, de hecho, yo mismo las iré a escoltar directamente ante su santidad, no hay problema ¿verdad santa Ciel?

-Por mí no hay problema.

Y así fue como el capitán Constantino llevó directamente a santa Ciel y a la hermana Esmeralda al frente del despacho personal del Papa Magno Luise XII el cual se encontraba rodeada de estatuas bien ornamentadas de varias figuras religiosas del pasado, frescos detallados y ornamentas hechas de oro que demostraban lo ridículamente rica que era la institución, casi parecía un derroche de recursos sin valor alguno más que demostrar el poder de la iglesia.

-Toc toc-

-Su santidad he traído a hablar.

-Ah por supuesto, pasen por favor.

La puerta se abría gracias a otros dos caballeros con brillantes armaduras doradas y cascos bien ornamentados, era la guardia personal del Papa, se dice que eran los mejores guerreros de todo el reino de Fragia y algunos rumores dicen que todos ellos eran capaces de controlar magia elemental de nivel alto.

-Su santidad Ciel la hemos buscado con mucha preocupación estos últimos días.

-Muchas gracias por su preocupación, pero ahora estamos bien, me alegra estar aquí ya que también quisiera hablar con usted.

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