Capítulo 22: El gran banquete

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El reino vecino de Kambrigia se encontraba al norte del Reino de Fragia, era un territorio bastante frio durante gran parte del año y sufrió grandes estragos debido a que los territorios del Gran Rey Demonio se encontraban en sus fronteras. Alexis y Rosemary huyeron del Reino de Fragia tras la pelea ante Freyla por lo que se refugiaron en un pueblo fronterizo, al principio nadie los quería acoger por ser forasteros hasta que una humilde familia les abrió las puertas en su hogar de piso de tierra.

Nuestro héroe estuvo en cama durante varios días recuperándose de sus heridas y al despertar salió de cacería junto a Rosemary para cazar algo en el bosque.

-Señores, disculpen la demora, aquí está la cena de esta noche. Alexis por favor bájalos aquí.

De un golpe seco resonó la caída de los cuerpos inertes del jabalí de cristal y el oso ígneo, los ojos de los padres de familia se asombraron ante lo que veían.

- ¿No les gusta?

-N-no, no es eso, es solo que es la primera vez que vemos a esas criaturas.

- ¿La primera vez? ¿Entonces los jabalíes de cristal y los osos ígneos no son de esta área?

-Exacto, normalmente hay jabalíes, alces, ciervos, lobos y osos, pero este oso y jabalí es distinto.

-Ya veo, Alexis ¿Qué opinas?

- ¿Estragos del ejercito del Rey Demonio?

-Quizás, pero bueno, puede que sean monstruos, pero siguen siendo comestibles. Si les quitamos los colmillos de cristal al jabalí y el sistema circulatorio y pulmones al oso ígneo su carne debería ser igualmente digerible, ya hemos comido esto antes ¿Verdad Alexis?

-Es verdad, tus platos eran muy buenos, aunque a veces los terminabas quemando y-

Un golpe de codo en el estómago hizo callar al joven héroe.

-Nadie te dijo que mencionaras aquello.

-Auch, perdón...

- ¿Qué dices querida? ¿Deberíamos comerlo?

-No estoy seguro.

Ante la mirada de desconfianza de los aldeanos Rosemary dio un paso al frente.

-Señores si les preocupa si es comestible o no entonces yo misma me haré cargo de prepararles los alimentos y Alexis será nuestro conejillo de indias, digo el será el primero en probarlo.

- ¡Oye! ¿Me dijiste conejillo de indias?

Rosemary se acercó al héroe hablándole en voz bajo.

-Tu cállate, no queremos quedar mal con las únicas personas que nos han acogido amablemente en este pueblo, es un poco más considerado.

- ¡S-si! ¡Yo mismo probaré los alimentos para verificar su estado!

Los padres de familia al oír la propuesta sonrieron.

-Muchas gracias y disculpen todas las molestias que les causamos.

-No, no, no, gracias a ustedes por haber abierto sus puertas para nosotros.

Rosemary sonreía.

...

...

...

En el pueblo fronterizo para sobrevivir a las estaciones frías muchas veces se optaban por las cocinas comunitarias, los vecinos se reunían en la casa del alcalde del pueblo y utilizaban su gran cocina para cocinar.

Un mundo carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora