2.Vergüenzas.

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...I got new rules, I count' em

I got new rules, I count' em

I gotta tell them to myself

I got new rules, I count' em

I gotta tell them to myself...

Escucho a Dua Lipa con mis auriculares mientras debo de dar cinco vueltas solo por saltarme un turno de clases, ese fue mi castigo, ahora es que voy por la vuelta número dos, mientras que el chico que castigaron por hacer lo mismo que yo, ya está en su última vuelta, y es el hermano de Liam, Jared, el drogadicto mayor de toda la escuela.

Sí, como bien, Toni, Carlos y mi madre saben que yo me muero por su hermano Liam, pero Jared sólo lo conocen por ser hermano de Liam, él siempre ha sido el chico que mira mal a todos los demás, que jamás va a clases y no lo expulsan de la escuela solo porque su familia tiene buenos recursos económicos, y nadie, bueno la rectora de la escuela no querrá que el padre de la familia Payne denuncie a la escuela por solo expulsar a uno de sus hijos.

—¡Señorita Walker!¡Otra vez falla a clases y nos veremos en la obligación de expulsarla!—dice el señor que nos imparte clases de gimnasia mientras paro frente a él tocando mi pecho y tosiendo un poco por la falta de aire.

Y eso es lo que pasa cuando no tienes buenos recursos económicos, por solo faltar una vez a clases te van a expulsar si lo haces de nuevo, como me gustaría ser hija del rey y mandar a la mierda a todos, pero así soy feliz, con mi casa simple, con mamá, Toni y Carlos.

Me tiro en la hierba junto con Jared, que está fumándose un cigarrillo, sentado, sus ojos marrones están perdidos en el cielo, mientras que su cabello está desordenado y por su frente cae unas gotas de sudor.

Escucho como la campana suena para irnos de esta escuela, o como la llamarían personas con dos dedos de frente, cárcel de niños ricos y pobres, y es hora de que el equipo de fútbol entrene en donde nosotros estamos, me quedo acostada en la hierba porque no tengo fuerzas para levantarme.

Inhalo y exhalo aire, lento...

—Nunca debes de dejar de respirar porque te puedes morir—dijo Jared, mirándome a los ojos.

Mientras yo trataba de tapar el sol con un dedo, como si pudiera hacerlo.

Entonces descubrí que Jared no es solamente sexy, también es sarcástico.

Él se levanta de allí, agarra su mochila, se quita la camisa y deja ver sus relucientes tatuajes, no tiene en los brazos como cualquier otro adolescentes que los querría mostrar, los tiene en su pecho y algunos en su espalda.

Ya los chicos del equipo de fútbol empezaron a jugar, por lo tanto, me comienzo a levantar, primero me agacho y tomo mi mochila en la manos, pero solo pasaría una cosa indeseable, algo que jamás pensé que ocurriría, la pelota de fútbol se estampó contra mi cara, dejándola ardiendo, y seguramente estaría roja por completo.

El profesor que entrena a los chicos corrió hacia mi:

—¿Estás bien?—pregunta, tocándome en hombro con su mano derecha.

—Estoy perfecta, solo fue un golpe con una pelota de fútbol, hay cosas más dolorosas—digo.

—Vale, es hora de que ya vayas a casa, puedes sufrir de otro inconveniente como este—dijo.

—Vale, ya me voy—pronuncio.

Me ayuda a pararme de la hierba, solamente escucho las carcajadas por parte de todos los de equipo de fútbol, y camino directo al auto de Toni, si es que está aquí todavía, pero si está, creo que Toni jamás se iría sin mi.

Una Química PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora