27.Aquí denuevo.

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Hospital.

Era a lo único que olía, todos me decían: culpable y me miraban como si yo lo fuera, jamás haría daño a alguien que quisiese, por tampoco decir que debí de haberle frenado cuando salió de su casa, iba muy enfadado con su padre, habían discutido porque el padre me estaba haciendo muchas preguntas, pero creo que la conversación se salió de control cuando le dijo todas aquellas cosas que no entendí y todavía tengo la duda de ellas en mi cabeza.

¿Qué tiene de malo que un chico millonario este con una chica como yo?

Aveces me siento tan poco, que creo que lo mejor será abandonar a Jared.

Por un momento pienso eso, pero luego me invaden todos los recuerdos que tengo con él.

Pero lo mejor de todo es, que luego de cumplir dieciocho han pasado muchas cosas.

El padre de mi novio no me acepta y luego él tiene un accidente.

—¡Eres la culpable de todo!—me gritó el padre de Jared—¡Por tu culpa mi hijo está en una cama!

Mi madre me toma de la mano y con agallas le dice:

—Mi hija no es la culpable de nada.

Pero justifica el por qué.

—Cariño dejala, ella no es la culpable de nada—dice la madre de Jared y me mira con lastima.

—¡¿Qué no es la culpable de nada?!Se le metió por la cabeza a mi hijo...¡Si te vuelves a acercar a él, juro que hundo a tú familia!

—¡El único culpable de que Jared este en esa puta cama eres tú!¡Porque no aceptas a una simple chica que lo que hace es darle paz y tranquilidad a mi hermano!¿Acaso no lo notas?—gritaba Liam—Desde que ella llegó a su vida siempre iba con una sonrisa en su rostro, y sabes lo qué estás provocando, que ella no se acerque más a él, en estos momentos es donde te odio, porque ella no tiene la culpa de nada, la culpa la tiene tú, los dos—decía Jared en voz baja, pero a la vez quería gritar porque estábamos en el hospital.

Señalaba a sus padres como los culpables de todo, algo que no me esperé de él.

De repente todo me comenzó a dar vueltas, y todo lo que escuché después fueron los gritos de mi madre.

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Me despierto y lo primero que veo es un techo de color blanco, y mi madre entrando y llegando para abrazarme.

—¿Estás bien?—me pregunta.

—Eso creo, me duele un poco la cabeza—digo.

—Te haz desmayado a causa de las peleas de Liam con su padre, pero ya todo está bien—dice mi madre.

—¿Jared ya ha despertado?—pregunto.

—No, el aún está en coma—dice mi madre.

Asiento.

Porque debo de aceptar que tendré que vivir con eso toda o parte de mi vida.

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Los días comienzan a pasar, y Jared no despierta, odio eso, porque mis días son de la escuela(estoy en la recta final), trabajo y hospital, su padre deja que yo me quede con él, por todo el regañón que le ha pegado Liam en frente de todos.

Me sentaba en el sillón del hospital, me volvía a parar, miraba por las ventanas observaba parte de España, volvía a hacer lo mismo, y así muchas veces hasta que:

—Te vas a cansar, Mencía—dijo Liam entrando a el salón.

Venía con un café en sus manos, y se sienta en el sillón, mientras yo estoy al lado de las ventanas.

Una Química PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora