Una Química Perfecta

30.Aceptación.

La música sonaba súper alto y todos bailaban bajo su ritmo, al entrar a la fiesta de graduación había un gran cartel que decía:

¡Bienvenidos a nuestra última fiesta juntos!

¡Esperemos que tú trasero salga cansado de aquí!

Perfecto.

Ahora solo debíamos bailar y disfrutar de la última noche que nos queda juntos.

Fui a una mesa que estaba llena de bebidas y cuando fui a coger un vaso, alguien me lo quitó de la mano.

—¡Hey Toni!—exclamé al ver que era él—¿Qué haces? Es mi última noche.

—Nada de bebidas, acabarás haciendo el ridículo o llorando.

Vale, eso era cierto, y aunque sonará muy estúpido prefería hacer el ridículo que llorar.

Asiento, dándole la razón y él me sonríe.

—Ahora debemos de disfrutar, ¿bailamos?—dice.

Esta vez asiento yo.

Sonaba una canción perfecta, por lo tanto, nos dirigimos a la pista de baile, y comenzamos a bailar.

Ya llevamos más de diez o veinte minutos bailando y cantando por lo que Toni me deja con Carlos y regresa con tres vasos plásticos de color rojo, dice que no tiene alcohol algo que es mentira, porque después que lo pruebas te arde la garganta.

No que nada de bebidas, pues al parecer se le ha subido lo malvado a mi mejor amigo para la cabeza.

Toni saca su móvil y comienza a grabar historias para Instagram, de hecho, hizo una publicación antes de entrar a la fiesta, en la cual salíamos los tres y estaba el hashtag: #Nonecesitaunhombre, que claramente era una indirecta para Jared, lo sé.

Enciendo mi móvil para ir y darme un gran corazoncito y comentar la foto varias veces, pero todo cambia cuando veo una historia de Liam, que la público hace un minuto.

Es una foto de su hermano en sillas de ruedas con él, mientras que a los lados se encuentran Dina y sus padres.

En la foto decía:

No fuimos a el baile de graduación, pero la estamos pasando bien.

Que odio te tengo Liam.

Toni y Liam observaban mi móvil con los ojos bien abiertos.

Pero Toni me lo arrebató de la mano y lo guardó en un bolsillo de su pantalón.

¿Cómo debe de estar Jared?

¿Se sentirá bien en esa silla de rueda?

¿Quizás?

¿Su padre ya no le atormenta?

Son preguntas que me llegan a la mente de solo pensar en él, y para las cuales no tengo respuesta.

Justamente mi estómago da un vuelco y no es por las respuestas de esas preguntas, porque sé que son desagradables, es porque no lo tengo a mi lado, y no se cómo recuperarlo, aunque él fue quien me dejó, no yo.

Escuchó el tono de mi móvil sonar, y Toni lo saca de su pantalón y al ver lo que hay en la pantalla sonríe.

—Toma.

Observo lo que dice en la pantalla y...

¿Qué?

Yo estaba viendo bien, lo que estaba escrito hay en la pantalla.

Salgo corriendo fuera, porque ahora mismo quiero decir que SI a todo, absolutamente a todo.

—¿Aló?

—Buenas noches, señorita, le tenemos buenas noticias—dice una chica en español a través de la línea.

Toni salía corriendo fuera y me grababa con su móvil y si lo sube a Instagram juro que lo mato.

—Ha enviado uno de sus dibujos, y el consejo de dirección ha aprobado su beca, muchas gracias por requerirse a nosotros, la esperamos en septiembre, que tenga un buen día.

Cuelga, sin que yo me puede despedir.

¿Había escuchado bien?

Pero, ¿quién envío mi dibujo?

Dije que no quería ir a ninguna escuela de arte y el único que sabía de eso era Toni.

—¿Por qué le mandaste el dibujo a esa escuela?Sabías que no quería ir—digo.

—Pero yo quería que fuera, es decir, todos queríamos que fueras—dice, aún grabando.

—Eso se llama hacer trampa, eso no se le hace a tu mejor amiga, te quiero Toni—digo y voy directo a abrazarlo.

—La historia se ha pasado de tiempo—anuncia.

—No me importa—digo y lo aprieto en mis brazos aún más.

Volvimos a la fiesta y cogimos más vasos de plástico y esta vez si tenían alcohol.

Disfruto tanto como puedo de el baile y sin nada más que decir, termino como siempre, un poco borracha.

||

Son las tres de la madrugada y estoy sentada frente a un inodoro, para ser más exactos, el de casa de Toni, porque no podía irme a mi casa, mi madre me mataría si me ve en estas condiciones.

Me lavo los dientes luego de que termino de desechar todo el alcohol que tengo dentro.

A este paso seré una alcohólica profesional.

Genial.

—¡Llegó la hora de dormir!¡Y Mencía se va a despedir!— tatareaba Toni mientras me quitaba los zapatos y luego me echaba una sábana encima.

Se fue de la habitación apagando la luz y dejándome sola en aquella oscuridad.

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—¡A levantarse!¡He venido a por ti!—grita mi madre abriendo las cortinas.

La luz solar da en mis ojos y los aprieto porque me molesta.

—¡Mamá!—grito y me echo la sábana por encima de la cabeza.

—Debemos de ir a la casa, despídete de Toni—dice.

Bueno, debía de hacerlo, me levanto de la cama, cojo mi móvil el cual está en la mesita de noche y siento que mi cabeza quiere estallar por el dolor.

— Última fiesta a la que voy, por cierto, me han aceptado en la escuela de arte—digo, tranquila.

—¡Ohhh!—grita mi madre, alegre.

Me llevo las manos hacia la cabeza, como si eso fuera a evitar el dolor.

—¿Podrías hacer silencio?—pregunto, abriendo los ojos.

Me despido de Toni y voy directo hacia el auto de mamá, me siento en el lado del copiloto y mi madre entra para luego poner la radio con canciones de los 90's, que no son chillonas, si no, me ayudan a relajarme.

Enciendo mi móvil para navegar en internet un rato, tengo dos mensajes y...

Mis ojos se abren como platos al ver de quién son.

Jared Payne me escribió un mensaje en la noche, a las cinco de la madrugada, pero por lo visto, lo había borrado, en realidad habían sido dos mensajes, decidí responderlo.

Yo:¡Déjame en paz Jared Payne!

Me dejó en visto y me alegré por ello, creo que no me iba a resistir a eso.