21.Beso.

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—¡Te tengo una sorpresa!—grita Jared cuando llego frente a la escuela.

¿Me estaba esperando o solo son ideas mías?

—¿Qué ha pasado?—me planta un beso en la boca.

—Creo que van a ser la pareja de novios tiernos y pervertidos, y desde ahora os aseguro que serán mi favorita—anuncia Toni y luego Carlos lo jala por el brazo para irse con él delante.

—Entremos en la escuela y te explico con más calma—menciona y le hago caso.

Entramos en la escuela y esta es una de las primeras veces que llego temprano, porque aunque todos no lo crean, odio levantarme temprano para venir a dar clases de cosas sin sentido que me ayudarán con mi futuro.

Con mi mirada localizo a Dina, la cual está sentada encima de una fuente con un par de amigas, y tiene en el rostro una sonrisa feliz.

Ya la directora sabe que ella es la dueña de la cuenta de chismes, y dijo que el caso se lo iba a pasar al consejo de dirección, y en una semana tendríamos el resultado.

—¡Hey!—habla Jared y me pasa su mano por delante de los ojos.

Para sacarme de mi mundo malvado, donde quiero arruinar la vida de Dina, aunque si no fuera por ella no me hubiera enterado jamás de lo que pasó con Jared y Liam.

—¿Quieres ir a una fiesta que van a hacer mis padres en la empresa?—pregunta y eso me sorprende.

Abro los ojos y luego sonrió.

Jamás pensé que Jared quisiera que yo conociese a sus padres.

—¿Yo?¿Conocer a tus padres?—pregunto.

—Si,¿quieres?—pregunta.

—Claro que quiero—digo, feliz.

Por primera vez voy a ver a los padres de Jared como una persona especial para uno de sus hijos.

—¿Qué día sería?

—Mañana en la noche.

—Genial, ¿me pasas a buscar?

Asiente y luego une sus labios con los míos, delante de toda la escuela, fue un beso corto, como de despedida porque ya debemos entrar a clases.

Todos se nos quedaron mirando, para luego aplaudir.

¿Qué?

¿Cómo se supone que van a aplaudir en un momento así?

—Felicidades a la nueva pareja de novios, sabía que esto iba a suceder tarde o temprano entre vosotros—dice uno de los chicos del equipo de fútbol.

Cosas parecidas a esa decían todas las personas que se nos cruzaban por delante.

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Llego a casa con Toni, y hacemos lo mismo de siempre, saludamos a mi madre, que poco a poco se ha convertido en nuestra madre, yo tiro la mochila al suelo y Toni también.

Él se sienta en la encimera y yo en la mesa.

—¿Siempre van a hacer eso?—pregunta mamá.

—Deberías estar acostumbrada, lo hacemos desde que tenemos diez años—habla Toni.

Mi madre se dirige hacia el refrigerador y saca un pote de helado y se lo pasa con una cuchara.

—Y también estoy acostumbrada a hacer esto—dice, luego de pasarle el pote de helado.

En cambio a mi me dió un poco de pizza.

Aveces creo que Toni es el preferido.

—Jared ha besado a Mencía delante de todos en la escuela, y también la ha invitado a mañana en la noche una fiesta en la empresa de sus padres—explica Toni con la boca llena de helado.

—¡¿Enserio?!—exclama mi madre, sorprendida.

—Si, madre—digo—¿Por qué siempre le dices lo que yo debo de decirle?—pregunto, mirando a Toni.

—Te tardas mucho en dar buenas noticias—menciona Toni.

—Es cierto—afirma mi madre.

¿Por qué se apoyan en todo?

—¡He comprado un juguete nuevo!—grita mi madre y va directo a la sala de estar.

—¡Espero que no sea un juguete sexual!—grito.

Llega a la cocina con un blanco para dardos y muchos dardos.

—El primero que encaje en el dardo no debe de cocinar hoy—ordena mi mamá.

—Nunca hemos coci...

—Silencio, el que pierda cocinará—zanjó.

Y así fueron nuestras siguientes horas, hasta llegar a las 6:00am, mi madre había dado miles de veces en el dardo, eso quería decir que Toni y yo debíamos hacer la comida.

—¿Cómo se supone que se rebana esto?—pregunta Toni con una zanahoria y un cuchillo en la mano.

—Con la ayuda de un cuchillo afilado y con una actitud positiva—digo.

—¡Esa es la actitud de mi hija!—grita mi madre.

Mientras nosotros cocinamos ella se sentó a observarnos y a hablarnos de su juventud.

—...A mi primer novio lo odié con toda el alma, de hecho, al final de secundaria le escribí una carta, en la cual le dije, que lo odiaba por romperme mi pobre corazón, pero que tenía una polla enorme—explica.

—¡Mamá!—grito, avergonzada delante de Toni.

—En está casa se puede hablar de esas cosas libremente, aquí no hay vergüenza para hablar del sexo—dice, tranquilamente.

—Ya estoy acostumbrado, de hecho, aveces hablo con ella de Carlos y yo.

—Son dos pervertidos—menciono.

Así son ellos dos, muy, pero muy pervertidos.

En ese mismo momento la puerta se abre y llega nuestro querido vecino, que poco a poco me ha caído mejor.

—Hola, cariño, y chicos—saluda y luego le da un beso corto en la boca a mi madre.

¡Que asco!

¿Cómo puedo ver algo así?

¿Eso está permitido?

—Buenas noches, ya la cena está lista—anuncia Toni.

—Buenas noches—digo.

El tiempo transcurre así, cenamos y hacemos varios chistes mientras lo hacemos, lavar los platos le corresponde a mi madre, por lo tanto ella lo hace.

Voy a la puerta de casa para despedir a Toni porque ya es hora de que se vaya a su casa y sinceramente yo no quería que se fuera y me dejará con mi madre y nuestro vecino Luis.

Pero lo hizo.

Maldito Toni.

Mamá me dijo que todo estaba bien si me quería ir a la cama, ella y Luis se quedarían viendo su programa favorito.

¿Cómo alguien puede ver ese programa en la noche?

Opté por hacerle caso e irme hacia mí habitación para luego dormir, pero no sin antes darme una ducha.

Una Química PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora