20.Descubrir algo inesperado.

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La piscina era climatizada, pero yo solo me había quitado los zapatos y había metido los pies, porque no quería mojar mi ropa, veía como Jared nadaba de un lado a otro por ella.

Me echaba agua cada vez que quería así me hacía enojar y parece que le gustaba escuchar mis berrinches.

Me gusta que le guste escuchar mis berrinches, que serían muchos si nuestras relación seguía creciendo.

Se sumergió por completo en la piscina y sentí algo que me jalaba por los pies, sabía perfectamente que era él, cuando dejó verse me tomó por la cintura y lentamente me fue sacando de donde estaba para meterme por completo.

—¡Maldito idiota!—le exclamé.

—¡Maldito idiota!—imitó mi voz—Pero aún así me quieres, y te mueres por besar mis labios, la forma en que los miras es tan...

Y eso fue tan solo decirlo para que sus labios se encontrarán con los míos de una forma salvaje y me volviera a sentar en el borde de la piscina.

Su boca comenzó a bajar por cuello, para luego adentrarse en las demás partes de mi cuerpo, hasta que llegó al cierre de mi pantalón.

—¿Puedo?—pregunta.

—Debes—contesté.

O más bien, di una orden.

Me desabrochó el cierre en un segundo y seguido de eso, me miró de nuevo para hacer lo mismo con mis bragas, yo solo asentí con la cabeza y él pareció entenderlo perfectamente.

—¿Has hecho esto alguna vez?

Negué, porque para ser sincera, jamás había tenido sexo con nadie, había tenido pequeñas oportunidades pero todas se habían arruinado por falta de cariño.

Me querían dar siempre como cajón que no cierra, y yo soy más de cariño, y amor.

Su mano me aparto las bragas de mi zona más íntima, y sus dedos comenzaron a tocarla suavemente, hasta que comencé a sentir algo húmedo allí, y que se movía en círculos.

No podía ser, por dios, estaba recibiendo un puto oral en la piscina de los Payne.

Pero eso no fue lo único, sus dedos también se juntaron con ella, y comenzaron a adentrarse dentro de mí.

Juro que no se sentía dolor alguno, como algunas personas decían puede dolor un poco, aunque solo son unos pequeños dedos, pero es la primera vez que alguien toca esa parte de mi y para mi es perfecto.

Arqueo mi espalda hacia atrás y pongo mi mano en su cabeza para que se pueda hundir más en todo lo que está haciendo, se siente tan bien, que juro que podría estar así toda mi vida.

—Jared...¡Por dios!¡Juro que!...

Las palabras no me salían, solo salían gemidos de mi boca, lo suficiente altos como para que Jared hiciera su trabajo con más ganas, y cuando por fin estaba muy a gusto, terminé acabando en su cara.

Podría decir que tenía vergüenza, pero todo lo contrario, me sentía a gusto.

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—¡Qué un puto tío te ha hecho un oral en una puta piscina!¡Qué me pongo cachondo de solo pensarlo!—dice Toni y yo lo miro con mala cara.

Porque para ser sincera me había encantado, pero estábamos en casa de sus padres.

Y si ellos se llegan a enterar juro que en ese preciso momento si se que caería la cara de vergüenza.

—¡Qué si!¡Qué ha estado muy bien!—le digo y él sonríe.

—Pensé que jamás ibas a probar lo que sería un oral, pero al paso que vas , vas a probar el kamasutra completo—dice Toni en plan de cachondeo.

—Que pares, que nunca habrá kamasutra para nadie, si es que yo no sé quién me manda a decirte las cosas a ti—digo—Recuérdame por qué somos mejores amigos.

—Porque en varias ocasiones te he prestado dinero.

Es cierto.

—Y porque me quieres...Vamos que se nos va a hacer tarde para ir a la escuela.

Era cierto también las dos cosas.

—Vamos.

Llegamos a la escuela cinco minutos tarde, por el gran tráfico que había hoy en la ciudad, pero ya estábamos aquí.

Ya me había levantado el castigo de ser la ayudante de el profesor de gimnasia, pero debía seguir yendo a sus clases.

Cuando las clases de gimnasia terminaron me sentí muy agradecida porque estaba muy cansada, al salir de allí tropecé con algo y miré hacia abajo.

Era una pequeña tableta, la cogí en las manos y encendí su pantalla, tenía de fondo unos corazones negros encima de un fondo rosa.

Lo tomé en las manos, porque algo me decía que se trataba de Escuela_Reina_del_chisme.

Se lo comenté a Toni y dijo que Carlos tenía un amigo que era hacker de esos y que podía desbloquear la tableta.

Cuando por fin el timbre sonó Carlos llamó al chico y él dijo que podíamos ir en cuanto quisiéramos.

El barrio donde nos adentramos parecía ser de maleantes, pero todo lo contrario, las personas que habían allí se sentían bien, cargaban una sonrisa muy amplia.

Toni detuvo el auto y Carlos nos guío por unas escaleras, y cuando paramos Carlos da unos toques extraños en la puerta, como si fuera alguna clave para poder entrar allí.

Nos abren la puerta.

—La tableta por favor—dice él chico y se la doy.

Entramos, me senté la lado del chico mientras que Toni y Carlos del otro lado.

No tardó ni tan solo unos cinco minutos y me dijo la contraseña para poder entrar en la tableta.

—La contraseña es 5634216—dice y me entrega la tableta.

—Muchas gracias—digo y le pasó un rollo de billete.

—No debes de darme nada, Carlos es mi primo y las personas que están con él, también están conmigo—dice y le sonrió.

—Muchas gracias—le digo nuevamente.

Llegamos casa y desbloqueo la tableta, voy directo hacia la galería de fotos, y para mi sorpresa si, hay están todos los chismes que una persona puede recopilar en dos años, porque han sido dos años de sufrimiento y humillación para todos lo de la escuela.

Busco demás carpetas para ver de quién se trata.

Pero no hay nada.

Me dirijo a Instagram y veo que hay dos cuentas a la que no puedo evitar abrir la boca en sorpresa, porque jamás pensé que esa persona estaría haciendo algo como eso, y menos a toda la escuela.

Había subido chismes de ella misma para no levantar sospechas pero que hija de puta.

Dina.

¡DINA!

¡Juro que la voy a matar en cuanto lo tenga en frente!

—¿Dime qué no estás pensando en matarla cuando la tengas en frente?—pregunta Toni como si me pudiera leer la mente.

—Yes, será mujer muerta.

—Comienza a darme miedo nuevamente—dice Carlos.

Una Química PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora