Una Química Perfecta

5.Carreras demás.

Nunca nadie sabe el por qué de que hace las cosas, por eso me apunté a gimnasia, que yo lo definiría como correr y saltar algunas cosas, solo porque Toni y Carlos están apuntados a ella, también Liam Payne.

—¿De qué se trata esto?—pregunto mirando a Toni mientras el profesor habla sin yo hacerle un poco de caso.

—Solo debes de correr en línea recta, y saltar aquellos que ves allá a lo lejos—dice.

—...¡Fuera!—dice el profesor y todos salen a correr menos yo.

Me quedo quieta y parada en el mismo lugar.

—Eso significa que debes correr, Mencía—dice el profesor.

—Oh, claro, yo lo sabía, solo estaba cogiendo un largo respiro...¡Allá voy chicos!—salgo disparada, tratando de alcanzar a los chicos pero es imposible, no los alcanzo.

Pasan los minutos y siento que es una eternidad hasta que paro.

—Muy mal, mal, mal, has dado la vuelta en ocho minutos mientras que tus compañeros en tres—dice el profesor.

—Es su primer día profesor—dice Toni, defendiéndome.

—Es cierto, pero deberás de estar en forma en menos de tres semanas, por lo tanto tendrás tu entrenador personal—dice—Será uno de los chicos del equipo, y será...

«Liam, Liam, Liam Payne, por favor»pienso interiormente porque necesito que sea Liam Payne.

—Jared, mi querido Jared será tu nuevo entrenador personal, Mencía—dice el profesor, y me desilusiono por completo.

—¿Jared Payne?—inquiero, frunciendo el ceño.

—¿Algún problema con eso?—pregunta el profesor.

—No, creo que está bien—miento descaradamente, porque me hubiera gustado que fuera su hermano no él.

Fuimos a casa en el auto de Toni como era de costumbre, está vez sin Carlos porque su madre lo estaba esperando fuera de la escuela, en palabras más cortas, estaba castigado, por cosas que yo veía bien, pero ella no, le dio una mala mirada a Toni y yo se la devolví.

¿Por qué no los aceptaban? Me encantaría que está sociedad viviera sin discriminación alguna.

Llegamos a casa y Toni detuvo el auto dentro del garaje hoy, porque se iba a quedar en mi casa, y haremos un maratón de películas de Disney, o eso creo.

—Hola chicos...¿Cómo les ha ido en la escuela?—pregunta mamá, mientras viene hasta nosotros, me da un beso en la mejilla, y otro a Toni.

Toni se sienta encima de la encimera, mientras yo me siento encima de la mesa cruzando mis pies y mi madre friega los trastes que de seguro estaban sucios desde el domingo en la tarde.

—Por sus caras les ha ido mal...¿Cierto?—inquiere mamá.

—A mí no, a Mencía sí—dice Toni comiendo helado.

—Debo de entrenar con Jared, cuando quería que fuera con su hermano—digo.

—Eso es cierto—dice Toni.

—Debo enamorar a Liam, pero no sé cómo—digo.

—También es cierto—dice Toni nuevamente.

—Debo de encontrar a esa persona maldita...

—Que está detrás de la cuenta de chismes—dicen mi madre y Toni al unísono.

—Cierto—acaba diciendo Toni.

—¿Vas a afirmar todo lo que yo diga?—suelto.

—Yes—dice, en el tono de voz que yo utilizo para decir ese 'yes'.

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El día está soleado, son las 10:00am y estoy parada frente a la portada para entrar al gran campo de fútbol que será mi perdición las siguientes horas y semanas de mi vida.

—Pensé que ya no vendrías—dice Jared acercándose a mi.

—Más vale tarde que nunca—digo.

Esa frase se convirtió en mi favorita desde que comencé a llegar tarde a todos los sitios posibles.

—Así es—dice.

Me mira las manos y ve que traigo una caja de chicles en mis manos y abre los ojos:

—¿Traes agua?—pregunta y yo niego—¿Refresco?—vuelo a negar—¿Solo chicle?—asiento.

—Para que nuestra relación sea buena, deberás de aceptar mis chicles, si no lo aceptas me veré obligada de irme por donde vine—dije, y él sonrió de manera chistosa negando con la cabeza, como si no supiera de que hablaba.

Tiré mi mochila en la hierba y él comenzó a correr, y como se suponía que yo debía hacer, le comencé a caer detrás.

Los segundos, los minutos, y las horas pasaron.

Respiraba dificultosamente mientras llegaba hasta Jared el cual había llegado antes que yo sin hacer ningún tipo de exageración con su respiración, solo se molestó en tomar agua.

—Creo que tus chicles estaban pasados de tiempos—dice—Están derretidos.

—Mierda.

—Toma un poco de agua—me lanza la botella de agua y la logro atrapar en el aire.

—Gracias.

Comienzo a tomar agua mientras que siento como mi estómago se llena tanto que va a explotar.

—¿Qué harás después del bachillerato?—pregunta él.

Mientras yo me lanzo a la hierba y él se sienta en ella.

—Iré a una escuela de arte, claro si me admiten—digo.

—Eso sería genial,¿Me puedes enseñar algunos de tus dibujos?

—No, me daría algo de pena, tengo que mandar quién es mi persona favorita y es lo único que traigo...

Va hacia mí mochila, la abre en un gesto ágil mientras yo lo trato de impedir pero esto me resulta en vano, coge mi cuaderno, en la primera página está mi madre, la pasa y está Toni, luego se encuentra Carlos, seguido está mi abuela, luego un hombre sin rostro el cual sería mi padre, y luego no..., pasa la página y este es el momento en el que se me cae la cara de vergüenza, de seguro debo de estar roja como un tomate.

—¿Te gusta mi hermano?—pregunta.

—No, solo tengo un dibujo d...—comienzo a decir pero él frunce el ceño—Si, me gusta tu hermano.

—Nunca me imaginé eso—dice—Pensé que te gustaba, no lo sé, tal vez Alex el de el equipo de fútbol, jamás pensé que fueras tan cliché.

—Noy soy tan cliché como dices, solamente me gusta tu hermano, seré tu futura cuñada—digo.

Me levanto de la hierba tomo mis cosas y me paro de allí:

—Eso lo veremos—suelta.

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Salto de la felicidad, al igual que Toni.

—¡Te han cogido para el equipo de fútbol!¡Me alegro por ti!¡Joder, nunca pensé que diría esto!—grité.

—¡Chicos, podéis callarse!¡Estoy viendo mi telenovela!—dice mi madre entrando a mi habitación.

—¡¿Qué?¡A Toni lo han elegido para el equipo de fútbol y...

No me deja terminar de hablar y se acerca a nosotros para saltar.

—¡Me alegro Toni!¡Espero que sepas manejar bien esa pelota!—grita mi madre.

—¡Claro que sabré!—dice Toni, sonriente.