Capítulo 4 (+21)

16.7K 343 24
                                    


Joder.

Mi cabeza explotaría en cualquier momento, duele mucho.

Intente abrir mis ojos, pero el dolor de cabeza parecía intensificarse más.

Joder.

¿Que había pasado?.

Solo recordaba a Elijah disparándole a un tío.

¿Por qué le había disparado?.

Me removí de la cama donde me encontraba, la cama me hacía sentir que estaba acostada en una nube.

Abrí rápidamente los ojos, me encontré con una habitación la cuál no reconocía.

Mi vista viajo por todo el lugar, quería levantarme pero escuché cómo el agua de una ducha se detenía.

Agarré rápidamente las sábanas y me cubrí.

Vi salir a Elijah sin camisa y en toalla del baño.

Se veía jodidamente bien, tenía muchos tatuajes por todo el cuerpo lo hacía ver demandante y algo tenebroso.

Joder, tenía que concentrarme él le había disparado a un tío, en la jodida cabeza.

—Despertaste.—informó.—¿Estás bien?.

Asentí, mientras menos preguntará mejor me iría.

—Aurora ese no era un buen tío...—intento excusarse.

—No tienes que aclararme nada, yo solo soy una prostituta que compraste por un día.—interrumpí.—No me interesa saber sobre tus negocios torcidos, ni mucho menos me interesa saber, si tu hobby es matar gente.

Él sabía que era cierto, realmente ni siquiera sabía porque quería darme tantas explicaciones.

Después de mañana, no volvería a saber más nada de él.

—Arrodíllate.—demandó.

Llegó el momento, y tenía que hacer una de mis mejores actuaciones.

Solo fingiría el orgasmo cuando él terminará y ya podríamos terminar esto.

Me levanté y bajé mi mirada, me arrodillé ante él y su mano subió mi rostro.

—No dejes de mirarme.—demando de nuevo.

Asentí.

Se desprendió de la toalla y al ver su polla, mi boca de alguna manera quiso tenerlo dentro.

Joder.

Metió su polla en mi boca, era lo suficientemente grande cómo para hacerme arquear al arremeter con fuerza en mi boca.

Agarro un puñado de mi cabello y lo enredo en sus manos, él metía y sacaba su polla de mi boca.

Mi ojos se posaron en su pollo y él me subió la mirada de nuevo y me dio una pequeña palmada en el rostro.

—Mírame, pequeña.—demandó.

No podía evitar comenzar a mojarme por eso, verle agitado y que le gustaba lo que hacía me fascinaba.

—Verdammt, wie gut du bist.—dijo en alemán.—Du wirst vor Schmerzen schreien, weil du es so gut gemacht hast, Schatz.

Eso me había excitado, se le escuchaba tan bien al hablar en alemán.

Me sentí bastante sucia al decir que podría disfrutarlo, después de tantos hombres que me envestían diarios, orgasmo fingidos, uno tras otro.

Me levantó con fuerza y me tiró en la cama, fue un movimiento bastante desprevenido no pude siquiera colocar mis manos para amoldar el golpe.

Brulet. (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora