Capitulo 20

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Lucas me había ayudado con mis heridas, tenía las rodillas abiertas debido al impacto de ellas contra los cristales del plato hecho añicos en el suelo.

—Aurora, tenemos que salir antes de la madrugada.—informó.—Resolveré unos asuntos de la empresa y vendré por ti, tienes al rededor de tres horas.

Asentí, y corrí hacía la cocina.

Necesitaba prepararle a mi pequeño sus macarrones, necesitaba a que olvidara lo sucedido, necesitaba irme asegurándome que él estuviera bien.

Vi a la chica que estaba hace unos segundos limpiando la oficina, ahora limpiaba la cocina.

—¿Sabes en que habitación está mi hijo?.—pregunté amablemente.

—En su cuarto señora.—respondió con una sonrisa.

—¿Podrías ir con Tina y decirle que necesito hablar urgente con ella?.

Ella asintió y fue en busca de Tina, al terminar los macarrones subí rápidamente a la habitación de mi hijo.

Estaba dormido, su cuerpo estaba tranquilo arropado de pies a cabeza.

Las lágrimas inundaron mis ojos, y mi corazón dolía.

Saber que pude hacerle daño rompe mi corazón.

—Mi amor.—comencé a sobarle la cabeza, mientras limpiaba mis lágrimas.

No podía irme sin despedirme m.

—¿Mami?.—murmuró.

Lo enrolle en mis brazos, no importaba si estaba dormido necesitaba abrazarle, necesitaba que su corazón y sus brazos repararan el mío.

—Mami, me apietas muto.

—Es que no quiero soltarte.—confesé.—Disculpa por lo de tus macarrones, te traje unos nuevos, les puso mucho más del ingrediente secreto.

—Mami, no impota, te amo de todas fomas.—aseguró, seguía con su voz ronca.

—Yo te amo aún más.—le besé en la frente, mientras le tendía el plato con macarrones y él los tomaba con una sonrisa en el rostro.—Mi amor, mamá hará un viaje.

Elika subió la mirada rápidamente, en su mirada pude observar que no estaba de acuerdo con ello.

—Mamá no tardará, solo resolverá unos asuntos de la empresa y cuanto antes volveré y podremos irnos de viaje juntos.

El sonrió, ahora si estaba convencido.

—¿Donde quieres ir en nuestras vacaciones?.

—Con Mickey.—gritó y el queso de los macarrones se chorreaba por todos lados.

Me quede un rato observando lo feliz que se veía comiendo sus macarrones, y hablando de lo emocionado que estaba por conocer a Mickey.

El parecido con Elijah era innegable, sus facciones era más suaves pero eran las misma, ese cabello negro distintivo y su nariz perfilada.

Mi pequeño era tan hermoso cómo su padre, lastima que esté nunca lo sabría.

—¿Te apetece ir por un helado con mami?.—pregunté y el asintió rápidamente.—Primero tienes que darle muchos besos llenos de queso a tu madre.

Brulet. (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora