Capítulo 14 (+21)

7.8K 219 18
                                    



⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️
Chicas el capítulo tiene escenas fuertes, si eres sensible y no leíste la advertencia del libro, te pido que pases el capítulo o simplemente dejes de leer hasta la próxima actualización ⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️

Elijah cumplió lo prometido, recorrimos todo el lugar visitamos unos museos, no sabía que él conociera tanto de historia, hasta que me explicó cada una de las obras que allí se encontraban.

En esos dos últimos días conocí a un Elijah diferente, me confesó que nunca quiso llevar los negocios de su padre, que llevarlos le hizo desatar a una bestia que no conocía.

Al llegar a casa subí a la habitación donde dormía y dejé mis cosas allí, Elijah me dijo que tendría que descansar antes de darme la sorpresa.

Agradecí, porque yo también deseaba descansar esos dos últimos días habían acabo conmigo.

Apenas mi cabeza se hundió en la almohada caí rendida en un sueño profundo.

No sabía cuánto tiempo había dormido, solo que estaba muy cansada para despertar.

—Pequeña.

No podía despertar estaba muy cansada, sentí cómo la mano de Elijah me acaricia el rostro.

—Es hora de ver tu sorpresa.

Mis ojos se abrieron con lentitud, no entiendo el misterio de Elijah con ello.

—Vamos.—me ofreció su mano para ir con él.

Me levanté, era de noche.

—¿Tenías que esperar justamente que fuera la madrugada?.—pregunté mientras bostezaba.

Íbamos hacia donde estaban los caballos.

—¿Algún día me enseñarás a montar alguno?.—pregunté.

Él asintió y seguimos caminando, entramos cómo a un pasadizo entre los caballos y un montón de pasto.

Había una puerta de metal, lo suficientemente grande cómo para que ningún sonido dentro de ella pudiera salir.

—¿Que es esto?.—pregunté.

Elijah me ignoró, y abrió la puerta.

Me había quedado pasmada en la entrada, no podía moverme lo que había allí adentro era terrible.

Estaba Caín y una chica, estaban ambos en ropa interior con todo el cuerpo lleno de sangre, lo único que podías escuchar en esa habitación eran sus respiraciones agitadas.

Estaban asustados, sabían que era su momento.

Ambos estaban amarrados y vendados,  de pies y manos estirados cómo si de unas marionetas se tratase.

—¿Elijah?.—pregunté.

—El reloj marcó tu hora, pequeña.—dijo.—Es tu turno de jugar.

No sabía que estaba sucediendo pero una rabia descomunal al verlo allí, se apoderó de todo mi cuerpo, solo quería acabar con él, Elijah me había facilitado el irlo a buscar, ahora era mi turno de hacerle sufrir.

—¿Quien es esa chica?.—pregunté.

—Una de las chicas del Brulet, está embarazada de él.—dijo, restándole importancia.—Creo que su nombre es Angie, o algo así.

Esto era una broma, dos por uno.

Me acerqué a ellos, sería una lástima manchar con la sangre asquerosa de ellos, mi pijama blanca.

Brulet. (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora