Capítulo 11

5.4K 255 31
                                    


Siempre pensé que el universo era injusto conmigo, que la vida estaba dándome puñetazos una y otra, y otra vez.

Todos seguidos, todos tan fuertes que ni teniendo un nivel alto para soportar dolor, podría levantarme de nuevo.

Hasta que por esos golpes tuve que aprender, que simplemente el universo no funciona así, no siempre obtienes que lo que deseas, así rogarás y lo desearas con todas tus fuerzas.

Por mucho que suplicaras y patalearas para que las cosas salieran cómo quisiéramos, no lo obtendría, y aun así tendría que avanzar de igual manera.

No siempre se tendrá lo que se quiere, y la vida no es justa, la maldita vida no es justa.

No existen príncipes, solo hombre crueles.

Esos chicos soñados que Disney está acostumbrados a vendernos, es solo porquería barata.

El amor es una lucha constante, y solo sobrevive el más fuerte.

No existen princesas, existen chicas rotas que suplican por aprender a vivir con esas grietas.

En la vida aprendemos más de lo que nos destruye, puedo jurar que no recuerdo ni una sola vez en la que haya reído tanto que llorará por ello, pero si recuerdo todas las veces que lloré.

Y ahora me encontraba aquí, fingiendo que podía ser feliz, fingiendo que Elijah no era igual a los tíos aquellos del Brulet.

¿Qué tan ingenua puede resultar la confianza?

—¿Por qué no confías en mí?.—Pregunto molesto, mientras cerraba una puerta del jet.

¿De que estaba hablando?.

—Fue Caín.—dijo, abrí los ojos cómo platos al escucharlo.—Caín te hizo esa mierda y no pudiste decírmelo.

—¿Cómo te enteraste?—pregunté.

Estaba hecho una furia, Elijah era irreconocible furioso.

—¡¿Por qué demonios, no me lo dijiste?!.—gritó.

—Mira cómo estás ahora, y luego vuelve a preguntarme.

—Aurora, voy a matarlo y lo sabes.

—No lo harás, porque yo lo haré primero.—aseguré.—Y si se te ocurre hacerlo, créeme que nunca te lo perdonaré.

—Me importa una mierda, no necesito que me perdones.

—Hazlo, y no vuelves a verme nunca más y créeme que eso puedes jurarlo.

—No importa cuánto intentes huir de mí, yo siempre voy a encontrarte así que esas amenazas me importan muy poco.

—Eres un idiota, y espero que sepas lo mucho que estoy repudiándote en estos momentos.

—¿Cuántas veces tengo que decirte, que me importa una mierda?.

Maldito idiota.

Él no podía quitarme el gusto de ver sufrir a Caín, yo quería matarlo con mis manos.

Él pagaría de la forma más cruel que pudiera hacerlo.

Salí hecha una furia de esa habitación o lo que fuese que sea, me senté de nuevo con Scott y él parecía incómodo.

—Elijah, es un maldito imbecil.—dije con rabia.

—Lo es.

Ese idiota no iba a quitarme el gusto de ver sufrir a Caín, yo lo haría, yo lo mataría, y si Elijah, se convertía en una piedra en el zapato no me temblará el pulso para acabar con él también.

Brulet. (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora