Capítulo 26

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Me quedé en casa de Elijah por una semana ideando mis siguientes pasos a seguir, desde que se enteró de Elika, me ha suplicado traerlo a la mansión.

En todas me he negado, no puedo permitir que mi hijo pise esté maldito pueblo con el Brulet aún de pie.

Lucas ha estado distancia sin embargo lo invité a la mansión y aunque no estuvo convencido, cuando mencioné a Ada acepto sin lugar a duda.

Cuando Elijah lo vió acá simplemente actuó cómo es él, lo ignoró la mayoría del tiempo, aunque al ver que pasaba tanto tiempo con Ada algo en él comenzó a romperse y se comportó cómo un idiota.

No es algo muy raro en él.

Y lo entiendo, en los últimos cuatro años él fue su padre, y aun lo seguía siendo porque aunque Lucas quería estar para criarla, lamentablemente el destino tenía otros planes y quien crió a esa pequeña fue Elijah.

Y para que Ada asimilará muchas cosas tendrían que pasar años, pero esa pequeña es un cerebrito, podría sorprendernos.

Despertar en los brazos de Elijah después de muchos tiempo, se sentía cómo si la vida quisiera sonreírme de nuevo.

Y estas semanas solo fueron planificaciones para una guerra que se desataría hoy, no me arrepiento de nada, porque todo esto me atrajo de nuevo hacía él.

Hoy las torres de mi pasado caen, hoy el Brulet desaparece.

Hoy decido desintoxicar mi corazón, de sanar mi alma, de buscar solo lo que me trae calma.

Me cansé de cambiar página, es hora de cambiar de libro y de cuaderno para empezar a leer y a escribir algo nuevo.

Leer sobre una nueva Aurora, leer sobre mi nueva vida.

Es mi momento de amar más, de ser felices aun con mis cicatrices, porque ellas marcaron mi camino, y ellas marcan lo mucho que un pasado dolió y fue superado.

Es mi momento de bailar con la vida.

Es mi momento para abrir los ojos; de exhalar el pasado, de respirar el presente y de inhalar el futuro.

Hoy se acaba el Brulet, hoy muere con ese maldito lugar esa Aurora sumisa, esa Aurora que bajaba la cabeza por su pasado.

Hoy me convierto en un ave fénix, porque hoy se rompen mis cadenas.

Los minutos está mañana pasaron volando, y lo que más necesitábamos ahora era tiempo, entre más tiempo tuviéramos a nuestro favor mejor estaría la situación.

Ya íbamos camino al Brulet, sabíamos por los hombres encubiertos de Elijah que allí se encontraba Ronnie.

La maldita hija de puta, que se hacía llamar mi hermana.

La mano de Elijah se posó en mi muslo, y me giré para verle, se veía muy apuesto, siempre con esos trajes que solo emanaban seguridad y poder.

De no ser por la situación en la que nos encontrábamos habría deseado que me besara hasta hacerme olvidar de mi nombre.

Idiota.

Tenía que dejarse de verse tan bien, así yo dejaba de pensar en follar con él todo el tiempo.

Nos dividimos en dos carros, en uno de ellos iba Lucas y Scott, en otro nos encontrábamos Elijah y yo.

Ambos carros con escoltas, teníamos más hombres rodeando la zona del Brulet.

Estábamos por llegar a una masacré, donde solo habían dos opción, ellos o nosotros.

Y aunque mi vida dependiera de ello, ninguno de los míos moriría hoy.

Brulet. (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora