*Porque parece que a ti no más te gusta, MaJo :)*
CUARTA PARTE: FUGITIVOS
Punto de vista de Elin
Este día ha sido el peor de todos. Nos hace falta Liz. Nosotros, quiero decir, Joshua, Marcos y yo, tampoco podemos dar el cien por ciento porque estamos preocupados por nuestra amiga.
-¡Maldita sea! -exclama Kead, cuando ve que caemos un lugar más-. Concéntrense. -se dirige a nosotros tres.
-¿Concentrarnos? -pregunta Marcos-. Estos son unos juegos estúpidos. Esto no nos va a servir de nada cuando vayamos afuera. -la entonación del "afuera" es particularmente especial, sobretodo viniendo de él, pues su padre falleció recientemente en un enfrentamiento.
Le agarro la mano de improviso, sé que eso lo distraerá de soltar sandeces contra Kead, quien, después de todo, siempre puede castigarlo sólo a él, o bien, a todos. Marcos me mira, Kead gruñe.
Marcos ha estado muy mal desde que recibió la noticia de la muerte de su padre, esta misma mañana, siendo que se había despedido de él antes de que el hombre saliera. Siento pena por él, se ha quedado solo, su madre falleció poco después de que él naciera y su padre, dentro de lo que cabe, si no estaba en los enfrentamientos, se ocupaba de él. El señor Foren era un buen padre, mejor que el mío.
Kead ya nos ha despedido, pero sigue gruñendo y murmurando idioteces. Nos gusta jugar, pero la realidad es otra, afuera las cosas son diferentes. Me lo llevo, lejos de todo y de todos, va a llorar en cualquier segundo y lo que menos necesita es que lo vean así.
-Vamos. -le digo, mientras lo jalo del brazo, Marcos me obedece sin poner resistencia alguna.
Lo llevo hasta el pequeño departamento que hasta hace poco compartía con su papá.
-Abre, Marcos. -solicito, en el tono más suave que puedo hacer.
No se mueve, está ido. Lo jalo del brazo para pasar el chip por el escáner. Lo hago pasar, después cierro la puerta. Hago que se siente en el sillón más cercano, tenemos casi la misma estatura, pero él sigue siendo más pesado que yo.
No reacciona, maldita sea. Miento, está llorando, o al menos lo hace durante unas pocas lágrimas, pero sigue ido, está aquí pero no conmigo.
-Estúpido... -susurro-, imbécil, idiota... -no puedo evitar las lágrimas.
Marcos nunca había estado tan distante de mí, es decir, él es más mi amigo que Liz y Joshua. Tenemos tanto en común, ambos somos huérfanos de madre, pero la diferencia, es que mi padre fue como si estuviera muerto, siempre ajeno a mí, y cuando estaba en casa a puro golpe contra mí, y no sé por qué. Si no fui al orfanato fue porque no se desentendió de mí.
-Estoy aquí, contigo. -le digo, son las mismas palabras que él me dice de siempre.
Acaricio su mejilla y nuca, haciendo que levante el rostro para mí, pero su mirada sigue perdida. Cielos, podría decir que Marcos es el único pariente que tengo, siempre ha estado ahí para mí, por eso me duele esto, tanto como a él.
Inclinada hacia él, pego la frente a la suya, trato de interceptar su mirada, pero está distante, lejos de mí. Por favor, reacciona. Siento que los ojos empiezan a arderme. Nada.
-No me dejes sola, idiota. -ahora soy yo la que llora, el nudo en la garganta es insoportable. Los gimoteos no me dejan, odio llorar porque una vez que empiezo no sólo lloro lo que me hace triste, sino que es como si llorara todo, absolutamente todo lo que ya me ha pasado.

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Ciudadanos
Science FictionUn grupo de personas intenta salir de su Ciudad, un enorme edificio donde los pisos más bajos son los más pobres, no así lo más altos, hacia un mundo desconocido y peligroso, diferente del que han conocido en la Ciudad, donde la desolación y la muer...