Cuarta Parte: Fugitivos
Punto de Vista de Joshua
Quiero ver a Liz, no la he visto mucho desde que salvó al salvaje ese... luego, tuvo una crisis emocional de no sé qué y no se me ha permitido juntarme con ella para hablar. Mi determinación disminuye según doy pasos a la casa de Liz porque no se me permite visitarla, eso me enfurece, soy su amigo, su compañero, colega... tenemos algo, lo que sea y tengo derecho de visitarla. De hecho no dejan a ninguno visitarla... pero son Marcos y Elin a los que veo salir de su casa. Si ellos iban a visitarla, al menos, pudieron invitarme, se supone que todos somos amigos, me siento más furioso.
Como sé que no voy a poder ver a Liz, me pongo en marcha tras Marcos y Elin. Ellos no notan que los estoy siguiendo, Elin se cuelga del brazo de Marcos. Los escucho hablar pero no entiendo lo que dicen porque hay muchos niños jugando en la calle, algo dice ella y él se detiene, pocos metros más adelante, yo me quedo rezagado para que no me vean pero esta vez estoy lo suficientemente cerca para escucharlos. Elin le dijo algo pero el griterío de los niños no me dejó escuchar.
-¿De verdad? -alcanzo a escuchar que Marcos pregunta, Elin asiente a lo que sea que haya dicho antes, ella espera ansiosa algo, no sé qué-. ¿Cuándo será el procedimiento? -ella parece a punto de llorar con esa pregunta, pronto Marcos la abraza-. Lo que sea que decidas, yo me apunto.
Dentro de todo lo que sé de Elin, que es una de mis mejores amigas, ella está perfectamente sana como para necesitar un procedimiento quirúrgico, supongo yo, sólo hay un tipo de procedimiento que yo sepa que se le pueda practicar a una mujer de la edad de Elin.
-¿Estás embarazada? -pregunto antes de darme cuenta. Imbécil.
Elin y Marcos se dan cuenta de mi presencia. Elin tiene una cara de profundo terror.
-¿Nos estabas espiando? -pregunta Marcos, está claramente furioso conmigo y tiene razón.
-Sé que lo que hice está mal, pero tampoco actuaron bien viniendo a visitar a Liz sin siquiera invitarme.
-Era yo la que quería ver a Liz, quería hablar con mi mejor amiga de que me he salido de la casa de mi padre en malos términos. -baja su rostro, pero aun así veo un par de lágrimas caer.
-Lo siento, Elin. -no sé qué más decir.
El enojo que sentía contra ella y Marcos ha desaparecido, me siento preocupado por la forma en que Elin se salió de su casa pero de alguna manera sé que se quedará con Marcos, lo otro que me preocupa es su embarazo, no hay modo en que lo pueda ocultar por mucho tiempo, teniendo chequeos médicos trimestrales, lo otro que también sé es que no habrá procedimiento... sólo hay una opción que pueda quedar.
-¿Estás segura?
-Si cuento con Marcos sé que todo irá bien.
-Y Liz, también -ya sé porque Elin quería ver a Liz, por el tal Rafael Didge al que trajo de fuera-. Pues cuenta conmigo también... -sonrío.
El médico conecta la aguja en el catéter para tomar una muestra de sangre antes de inyectar las vitaminas, no duele, sólo el momento en que la piel se revienta cuando la aguja entra... en cuatro días más será el chequeo médico de Elin. Creo que eso es lo que nos preocupa a todos los enterados.
-Todo listo, señor Adus. -dice el médico-. Todos los estudios practicados en su muestreo de sangre, han dado buenos resultados. -explica-. Puede ponerse la camiseta.
-Gracias. -respondo, después de ponerme de pie, me visto.
Una vez más estoy delante de la casa de Liz. Ha pasado un día desde que me enterara de que Elin está embarazada. No he visto a Liz desde la última vez que la visité en su casa. Ya esperé demasiado, decidido doy pasos pesados hasta acercarme a la puerta y la golpeo. Pasan unos minutos antes de que abran. Es Mateo.
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Ciudadanos
Science FictionUn grupo de personas intenta salir de su Ciudad, un enorme edificio donde los pisos más bajos son los más pobres, no así lo más altos, hacia un mundo desconocido y peligroso, diferente del que han conocido en la Ciudad, donde la desolación y la muer...