Shirley

X

Había dormido como una rosa, esa noche se me cayó baba de la boca incluso, cosa que no me gustaba mucho que me pasara, pero bueno no es controlable. Había soñado con Adler, pensaba que no sabía por qué, pero si, lo sabía muy bien. Aun no me creía que las mariposas en la barriga significaran gustarte una persona, ahora con esa información me iba a poner más nerviosa estando con el.

Eran las once de la mañana, me levanté de la cama y baje a la cocina. Abrí mis ojos impactada al ver a Luke y Jakob pelear por quien se cogía el ultimo vaso de chocolate con leche, Adler negaba mirándolos y Hanne los intentaba calmar.

— Buenos días.

— ¡Princesa! — gritó Luke felizmente.

Todas las miradas cayeron sobre mí pero solo pude ponerme nerviosa por una de las miradas, de un chico con heterocromia, su sonrisa divertida apareció pero decidí centrarme en la mesa. Habían platos con creps, y un vaso para cada plato de chocolate con leche, me senté al lado de Hanne en frente de mi plato y mi vaso.

— Hoy no se desayuna sano, ¿algún caso en especial?

— Luego te lo revelamos, de momento a desayunar, que hoy será el día de las actividades de Luke — sonrió Hanne.

¿Actividades de Luke?

No sé si aterrorizarme o emocionarme.

Asentí comenzando a desayunar, el desayuno lo había hecho Jakob, por eso mismo se ganó el vaso de chocolate con leche y Luke se tuvo que quedar con el de chocolate blanco. Empezaron a hablar de cosas de chicos y Hanne me miró sonriente.

Hablamos sobre un par de cosas, la primera era de si los mandalas me gustaban colgados con cuadros o pegados en la pared como antes con fiso, obviamente escogí la primera opción, ya que todo enmarcado con cuadros quedaba mejor. La segunda cosa era si me gustaban más pulseras o collares, me gustaban las dos por igual pero las pulseras tenían una debilidad en mí que si no fuera porque no tenía dinero, me habría comprado mil ya.

Cuando terminamos de desayunar Luke se bebió mi vaso porque yo ya estaba llena y el pobrecito no pudo probar el chocolate con leche, hasta que yo le ofrecí mi vaso. Sonrió como un niño pequeño cuando le dan un juguete que quiso hace mucho tiempo, pero la sonrisa de niño se le fue para guiñarme un ojo divertido y decirme que después me lo recompensaría. No quería pensar de qué manera lo iba a hacer pero me dijo que no iba a ser mala, sino que me iba a encantar.

La primera actividad de Luke consistía en dar un paseo por el bosque, ya eran las doce y media de la mañana, todos nos habíamos vestido y ya estábamos saliendo de la casa. No entendía bien por qué teníamos que dar un paseo por el bosque, pero Luke decía que para las demás actividades tendríamos que estar bien preparados, en algunas teníamos que correr, en otras saltar y en otras sorpresa. Ya nos habíamos adentrado en el bosque, con la luz del día todo se veía claro, pero no íbamos por el camino de la primera vez, seguíamos otro rumbo.

Adler se perdió por el bosque, o más bien se fue el solito, Hanne me aseguro que este bosque se lo conocían como la palma de sus manos, por lo que me tranquilicé. Luke caminaba feliz asustando a alguna que otra ardilla ocasionando carcajadas en él, Jakob lucía tranquilo, le daba algunas patadas leves a las hojas y evitaba cualquier árbol que se le cruzara en medio. Hanne me dijo que a Jakob le gustaba ser muy limpio, por eso nunca tocaba ningún árbol o las hojas con las manos, porque no tendría agua para lavarse cerca, en cambio Luke adoraba mancharse y si era de sangre mejor.

— Que psicópata — negué con la cabeza.

Caminamos hasta que nos encontramos un rio, Adler estaba sentando en una roca en frente a este, había llegado antes que nosotros por tomar otro rumbo para ir rápido. Luke se acercó a él y asintió con la cabeza, al instante Luke apartó unas cuantas hojas del suelo al lado de la roca y abrió una especie de trampilla, cuando nos acercamos pude verlo mejor, esta trampilla se camuflaba con las hojas por el color que tenía, Luke fue el primero en bajar por las escaleras y nos indicó que bajáramos también.