XXV

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Me encontraba en mi casa, cenando con mis padres mientras estos hablaban de los asesinatos que han estado ocurriendo últimamente, yo no prestaba atención aunque fingía que si, no me gustaba saber quien moría aquí o quien no, me imaginaba que me podía pasar a mi y no quería eso.

Estábamos cenando pescado, comida que totalmente odio pero obligadamente si no quería una paliza tenía que comer. Mi hermano Jash estaba cenando tranquilamente, a él si le gustaba el pescado por ello lo saboreaba como si fuera un tesoro, con sonrisas de mi madre y padre noté algo en mi que no debía notar.

Iba a toser.

Sin aviso alguno comencé a toser, no podía parar e inconscientemente de mi boca salió una espina del pescado, un terrible asco. Miré a mis padres aterrada, no quería que me pegaran pero era tarde, el primero que se levantó fue mi padre, me limpio la boca bruscamente y al segundo mi madre me levanto de la silla con un agarre fuerte y doloroso.

Las lagrimas iban a salir de mis ojos sin aviso pero no lo permití, cuando vi que mi madre caminaba hacia la puerta de entrada fruncí el celó confundida. Quise hablar pero no podía, tenía miedo de que si pronunciaba alguna palabra me pegaría, ¿a donde me llevaba?

Escuché a mi hermano llorar detrás mía, no entendía por que lloraba pero mi madre me estaba sacando de la casa, esta vez si quise hablar pero en cuanto intenté hablar no podía, las palabras no salían, abría la boca intentando pronunciar una palabra pero no salía nada.

Nos montamos en el auto, no sabía que hacía ni por qué lo hacía, no poder hablar me ponía de los nervios, esta vez lagrimas si brotaron de mis ojos, tenía un mal presentimiento, mi hermano llorando, mi madre sacándome de mi casa. Íbamos por la autovía y se paró en un lado de la carretera, me saco de este con brusquedad y empezamos a subir escaleras a un puente que había encima de la autovía.

— Salta la valla.

¿¡Que!? ¿Que hiciera que?

Negué con la cabeza muchas veces, no quería saltar la valla, ¿por que tenía que hacerlo? Me dio una bofetada en la cara indicándome que si no lo hacía iba a ser peor, pase la valla y miré hacia abajo, muchos coches estaban pasando, la autovía siempre estaba llena de coches y camiones.

Miré a mi madre llorando como nunca antes, no sabía que hacía aquí, no quería caerme al suelo y matarme además de que los coches me pisaran. Tuve que mirar una última vez hacia abajo para intentar volver con mi madre, donde estaba sin peligro de que un coche me matara, pero no pude ya que mi madre con fuerza me empujó abajo.

Como antes no podía hablar, esta vez mi voz si salió y fuerte.

— ¡NOOOOO!

Solté un grito fuerte, mi garganta me dolía, estaba llorando, tres personas estaban en frente mío, Adler, Luke y Hanne me miraban preocupados y asustados, seguía llorando sin poder parar, la pesadilla había sido horrible.

— ¿Estas bien?

La voz de Adler me saco de mis pensamientos, pero no podía dejar de llorar, este me rodeó con sus brazos en un abrazo mientras Luke iba a por un vaso de agua y Hanne me agarraba la mano.

Estaba sudando completamente, pero tenía frío, cuando Hanne me puso la mano en la frente maldeció, tenía fiebre, y al parecer bastante. Hanne se fue corriendo con Luke a por trapos y agua fría, Adler se dedicó a mirarme mientras yo seguía llorando y temblando.

— ¿Que te pasa linda?

— He tenido una pesadilla, cenaba pescado y una espina se me quedaba en la garganta, por normalidad la escupía pero mi madre me sacaba de la casa, mi hermano Jash lloraba, no sabía por qué, en el sueño no podía hablar, no me salía la voz, llegamos a un puente de la autovía y cuando estábamos ahí mi madre me tiró abajo con los coches pero antes de que pudiera matarme en el suelo, desperté. Fue tan real que de verdad, siento como, como si, como si hubiera sido real, lo siento de verdad, me duele, me duele.

ShirleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora