XV

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La sensación de dormir con un calor increíble es horrorosa, normalmente a principios de verano hace fresco por las noches pero a partir de julio es un horror dormir. Ni siquiera basta con dormir sin mantas, sino que te tienes que poner el ventilador o el aire. Por costumbre a no gastar dinero que no es mío no duermo con aire, además de que lo probé un día en la habitación de Hanne mientras dormíamos juntas y me desperté enferma.

Eran las doce de la mañana, todos estaban durmiendo ya que nos habíamos acostado apenas a las cuatro de la madrugada después de ver la película de Troya y ver más cosas. Esa noche soñé con Adler y con el beso que nos habíamos dado, ¿como puede un ser humano besar tan bien? Definitivamente quería besarlo muchas veces más, que chico más perfecto.

Me levante de la cama para coger mi portátil, me metí a word donde escribía todo lo de Adler y bajé hasta la página en blanco, había escrito como cinco paginas enteras sobre el, que nunca enseñaría a nadie, así que esta era la sexta.

Hola de nuevo, vengo por aquí. Ayer entre Adler y yo las cosas al principio estuvieron un poco raras, él estaba tenso y lo peor es que Luke también lo estaba, aun sigo pensando que le puede pasar y aunque me ha dicho parte de eso sigo pensando que hay algo más allá de cuidar a un perro. Se me ocurrió la idea de practicar la actividad a ciegas y el humor de ellos dos mejoro, pero llegaron Jakob y Hanne y volvieron a ponerse así, no creo que sea nada sobre ellos dos, seguro que se pusieron así porque al no distraerse vuelve a aparecer ese pensamiento malo en sus cabezas. Me ha pasado con mi hermano, de que si no me distraía no lograba dejar de pensar en lo que era de verdad. A lo que voy, la noche fue mágica, Adler me besó, yo estaba rara porque en la actividad a ciegas sin querer le provoque una erección a Adler, y tenía vergüenza en mi misma, por lo que decidí ignorarlo para no acordarme de eso, pero él me siguió y cuando hablamos me besó. El beso fue mágico, nuestros labios se juntaron necesitados, nunca nadie me había besado así y nunca nadie me hizo sentir como me sentí. ¡Incluso me mojé! ¡Adler me dejo caliente! Era increíble como con él simple beso de un chico me dejaba así, pero no de cualquier chico sino de él, tenia muchísimas ganas de besarlo desde que empezamos a tener contacto. Es imposible resistirse a esos ojos de diferente color, esas sonrisas, esa sencillez, el perfume que tiene, él es perfecto definitivamente, para mí lo es. Y sus besos, cuando me acuerdo del beso que nos dimos, otra vez me caliento. ¡No puede ser! Me encantaría que nos besáramos de nuevo y que por fin quitemos nuestras ganas, o al menos las mías porque desde que nos besamos mis ganas han aumentado.

Cuando termine de escribir una notificación me salto de Google, leí atentamente la noticia y salté de la cama.

— ¡No puede ser! ¡Que fuerte que fuerte!

Salí corriendo de mi habitación para ir a la de Hanne, la desperté moviéndola rápidamente y saltando en su cama. Cuando por fin se sentó y me puso atención le grité.

— ¡STEPHEN KING VIENE AQUÍ!

Tardó unos cuantos segundos en procesar lo que le acababa de decir, en cuanto vio la noticia por ella misma dio un salto de la cama y empezó a correr por toda la habitación. Ambas corrimos felices por toda la casa, reímos, gritamos, saltamos, era la primera que me despertaba tan contenta una mañana. Hanne fue a la habitación donde dormía Jakob y yo fui a la de Luke. El rubio dormía plácidamente con los pies en la almohada y la cabeza donde deberían de estar los pies, lo moví un poco despertándolo y gruñó.

— Princesa yo te quiero mucho, pero como me vengas a decir una estupidez te corto el pelo.

Nada más escuchar eso di un paso atrás y me agarre el pelo. Jamas dejaría que alguien me lo cortara, mi pelo largo era lo más preciado de mi, lo que más me gustaba, le saqué el dedo y le dije que Stephen King venía. Me miró bastante sorprendido aunque no dio señales de emoción saltando ni nada, sonrió asintiendo y salí de la habitación cuando me dijo que se iba a poner la ropa de ayer, Adler le había dejado un pijama, al igual que a Jakob. Cuando salí de la habitación de este fui a la del hermano de mi mejor amiga, solo que antes de que pudiera entrar él salió.

ShirleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora