XXII

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Anoche a la vuelta del asesinato de mis padres hablamos de irnos a una casa en la playa, que según Luke era de un famoso que por cosas de negocios se tenía que ir a otro país, así que como buen amigo que es Luke de él, le ofreció cuidarle la casa mientras él no estaba y así aprovechábamos nosotros y nos tomábamos un descanso de todo esto.

Ya era casi la hora de comer, Luke se había ido a su casa a avisarle a sus padres que íbamos a irnos a la casa de la playa, así que mientras preparábamos comida suficiente para los violadores, la metíamos en un mini frigorífico donde estaban incluidas las bebidas, Adler ponía una cámara en el sótano y recogía las cosas que estos no podían coger, cerraba con llave la sala de tiro, los soltaba y cerraba la puerta del sótano con llave también, después de llevarles la comida que iban a dirigir esta semana y unos cuantos días más.

Mi humor se había vuelto algo amargo desde anoche, había dormido bien pero seguía molesta, sobretodo por haber tenido a unos padres así de imbéciles, me enfadaba tanto. Al pasar el tiempo, aprovechando que le habíamos hecho mucha comida a los violadores, nos hicimos la nuestra y ya habíamos comido, el viaje a la casa era de bastantes horas, así que teníamos que hacer las maletas cuanto antes.

Estaba en mi habitación hablando con Hanne de que por la playa hay una especie de tienda para hacer piercings y tatuajes, claramente yo no me quería hacer nada de eso pero Hanne si, según ella quería un piercing desde que la última vez salió de fiesta y le vio a una chica un piercing que le quedaba precioso, pero que como esa misma noche la habían violado se había olvidado por completo del piercing, hasta hoy.

Puse ropa corta, larga por petición de mi mejor amiga, ropa interior y bikinis, no necesitaba mucho más, también metí mi bolsa de aseo y la libreta de mandalas con los colores. Si alguien se pensaba que en un viaje de por lo menos seis o siete horas yo no iba a pintar mandalas, estaban muy equivocados. Por suerte los demás juegos podían jugarse en el móvil, aunque Hanne cogió una baraja de cartas y la baraja del uno también, yo cogí además una libreta vacía para jugar a arriba el lápiz por el camino. Teníamos muchas cosas que hacer y esperaba que no nos aburriéramos con nada.

Ya con todas las maletas hechas, Luke apareció sonriente y le guiñó un ojo a Adler que por supuesto este respondió negando con la cabeza, estos dos tramaban algo y nadie me lo iba a negar. Montados en el coche con las maletas en el maletero, comida para merendar cuando hagamos una parada, y todos los juegos a mano, arrancamos para la casa de la playa. No podía negar que me hacía bastante ilusión ir a la playa, de pequeña fui varias veces pero nunca por cuenta propia y menos con amigos, ya que no tenía.

A penas había pasado media hora de que empezamos el viaje y ya me aburría, Hanne y yo habíamos hablado de cosas sin importancia mientras que Adler y Luke parecían muy concentrados en su conversación, por cierto, el que conducía era Adler por eso cada vez que miraba a algún lado que no fuera la carretera, Hanne y yo le reñíamos.

— ¡Mira la carretera!

— Hanne, por mirar un segundo a Luke no voy a matarnos.

— Bueno, deja de mirar a Luke y habla sin mirarlo.

— ¡Oye! Tiene que apreciar mi belleza, aguafiestas.

Ese comentario me hizo reír, Luke hacia pose de diva mientras decía que era el más bello de todos los chicos del mundo, para no cagarle el ego nosotras riendo le dimos la razón. Estábamos hablando de pintar mandalas mientras cada uno ponía una canción que le gustara, Adler tenía bastante buen gusto, Luke también cosa que me sorprendió, parecía que el era de los que no escuchaban música casi nunca pero tenía una gran playlist con temas que nunca escuché.

Mientras nosotros tres pintábamos con el pobre Adler conduciendo sin hacer nada, Hanne y yo tarareábamos la canción que estaba sonando, i'm in love with a Monster.

ShirleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora