25- abrazos al alma

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—Bueno, y... ¿para qué querían vernos aquí?— preguntó Lucas mientras se sentaba en el pasto húmedo por los residuos de la nieve de la noche anterior. Éramos solo los cuatro, como acostumbrabamos antes de todos los cambios que llevaron los últimos años.

Las vacaciones de invierno estaban a punto de terminar. Era el último viernes antes de regresar a la normalidad escolar llena de estrés e inscripciones universitarias.

—Tengo unas cosas importantes que decirles. Son mis amigos desde hace años y me gustaría que lo supieran— dijo Mike para después cerrar los ojos y suspirar —soy consciente de que no saben dónde buscarme ahora mismo, o sea, si van a mi casa mi papá les va a decir que no me encuentro ahí y que él tampoco sabe.

Me miró como perdido, como si no supiera como seguir, con el simple contacto visual entendí que quería que yo les contara todo lo que estaba sucediendo.

Era algo que me impresionaba de lo conectados que estábamos: sin importar en que camino fuera cualquier conversación, sabíamos lo que pensaba el otro. Como si nos comunicasemos por telepatía.

Eso sucedió mucho antes de que fuéramos una pareja, eso ha estado ahí casi desde que nos conocemos.

—Los papás de Mike... han tenido ciertos problemas— continué con su oración sin dejar de verlo —. Han tenido varias discusiones desde hace un tiempo y actualmente su mamá con Nancy y Holly viven en casa de Haley, la hermana de Karen.

Nuestros amigos lo miraron compasivos.

—Lo siento, Mike, la verdad nunca lo hubiera pensado— añadió Lucas.

—Sí, bueno, ahora que nos lo mencionan... creo que hay varias cosas que en mi mente comienzan a tener sentido. Pero sabes que siempre voy a estar para escucharte y para lo que sea que necesites, amigo— siguió Dustin.

—Gracias, de verdad aprecio mucho lo que dicen ahora. Ehm... eso me lleva al siguiente punto— no sé si él estaba listo para decirles directamente lo que sucedía, pero en definitiva era un momento difícil —. Mis papás están arreglando todo para firmar un divorcio. Papá dejó en claro que se mudará un tiempo de Hawkins y como apoyo para mis hermanos, para mamá y para mí, viviremos en la misma casa de siempre, cuando él no esté; irá a la ciudad y recibirá terapias que le ayuden a recapacitar en todo lo que nos ha hecho, además que dice que está dispuesto a pagar apoyo psicológico para nosotros también— como si no la necesitaran después de todo lo que les ha hecho —. Por el momento estamos... bien, se podría decir.

Dustin fue quien tomó la iniciativa acercándose a Mike para darle un abrazo. Lucas siguió su acción y se les unió. Quise contemplar la escena por unos momentos. Hay un pequeño lema no verbal ente nosotros, además de el "los amigos no mienten", está algo como que tus amigos siempre serán acreedores a un abrazo si es que lo necesitan, no importa si acaban de tener una discusión, o alguno sufre una enfermedad contagiosa, siempre, SIEMPRE, debes darles un abrazo.

Lucas me miró y me extendió el brazo.

Me uní a ellos.

Hacía tanto tiempo que necesitaba este momento.

Mientras estábamos en esa situación tan emotiva, miré a Mike, quién también me miraba a mí, y respecto a lo nuestro... creo que hay dos personas que merecen saberlo.

—Oigan— dije —. Hay algo importante que debo decirles.

—Dios, no, no me digas que te diste cuenta de que el Club Hellfire no es para ti y nos abandonarás— dijo Dustin poniendo una mano sobre su pecho como si lo hubieran herido.

Mike le dio un golpe en la cabeza.
—¿Cuándo vas a dejar de ser un dramático?

—Ya déjenlo hablar.

Trazando Constelaciones (Byler)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora