Trazando Constelaciones (Byler)

1- una primera carta

¿Alguna vez has visto con atención a las estrellas? Pareciera que te vigilan de una forma silenciosa y agraciada, con la vanidad de esperar a que las mires de nuevo.

Me encanta mirarlas porque creo que aunque todas son diferentes, tienen algo que las hace brillar. Puede que unas hayan explotado hace miles de años, y por eso se ven de un color diferente, unas destellan más, pero las que más me gustan son las que brillan menos: técnicamente tendrían que dejar de verse, porque, claro, teniendo a estrellas de otras tonalidades y unas que brillan más justo a su lado, ¿quién las miraría? Yo soy ese imbécil que las mira, porque son tímidas, y aunque no lo quieran admitir, les encantaría ser vistas. Me gusta que aunque parezca poco, tengan un brillo propio, y dan su aporte a la vista hermosa de este basto universo.

Soy un idiota escribiendo sobre cosas que apenas conozco, y sé que así como a algunos les parecerá poético, a algunos les sonará ridículo, pero eso no es lo que importa, porque lo que para mí cuenta es que tú me leas. Que sepas que eres de esas estrellas que tienen un brillo propio que necesita ser visto por los demás aunque parezca inútil. Necesito que sepas que soy yo el que te ve. Y ve que tienes que destacar más aunque no quieras— o solo lo parezca —. Eres ese silencio que cautiva, y no lo digo porque te veas mejor callado o algo así, sino que eres sigiloso y atractivo a tu manera.

¿También soy tonto por compararte con una estrella?, Espero que no, y ahora que lo pienso no tendría por qué serlo, porque la ciencia dice que después de todas las explosiones creadas en el cosmos, elementos como el carbono llegaron a la tierra, y los elementos biogenesicos pasaron por lo mismo, así que básicamente estamos hechos de estrella.
De verdad que para estos momentos no entiendo cómo carajos tendrías algo conmigo, pensando en que soy totalmente un idiota.

Mi punto es que brillas, tienes un centelleo peculiar. No lo desaproveches.

—Siempre tuyo.