3- Salida

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Son aproximadamente las siete de la noche y estoy sentado en mi escritorio con una libreta frente a mí y un lápiz en la mano. Llevo así media hora sin hacer ni un solo trazo.

Pongo un casete que me regalaron los chicos en mi cumpleaños para intentar inspirarme pero nada funciona.

Comienza a reproducirse la siguiente canción: Sabbra Cadabra, de Black Sabath. Esa supongo que la puso Mike. La última vez que fui a su casa él estaba escuchando esa canción y me dijo que era algo raro, ya que no disfruta especialmente de ese tipo de música, pero Eddie la escuchaba mucho cuando aún residía aquí, y que le pareció cool, así que se hizo una de sus favoritas. A mí me gustó, y se me hizo algo raro porque nunca me hubiera imaginado a Mike escuchando algo así. Tal vez de Dustin, ya que él tenía unos gustos bastante variados y es el más propenso a seguirse ampliando musicalmente, de Lucas no tanto , pero Mike es el de los gustos más ñoños de los cuatro.

Lo que me sigo preguntando es cómo carajos es Eddie. Hablan mucho sobre él, y me cuentan que es un amigo excepcional, muy buena persona aunque algo intenso, pero no me refiero a él como persona, sino físicamente. No he visto fotos de él, ninguna, aparentemente no le gustaba aparecer en ningún tipo de imágen.
Por como lo describen y la música que escucha... Me lo imagino con una apariencia algo extravagante. Tal vez todo vestido de negro y con las uñas pintadas, tal vez el cabello corto casi a rape. Pero esas son solo figuraciones mías. Igual y no creo conocerlo nunca, así que para qué quebrarme la cabeza.

Pauso la grabación de música y recuesto mi cabeza sobre la madera.

Jane entra a mi cuarto después de tocar la puerta. Se sienta en mi cama.

—¿Aún nada?— me pregunta con lástima. Prácticamente desde que llegó y después de que lavé los trastes, me vio sufriendo y creando bocetos.

—No, aún nada— le contesté casi en un susurro.

No supe qué más hacer.

Sentí que necesitaba despejarme. Se me ocurrió una idea. Yo me sabía perfectamente el número del trabajo de mamá, pero como es temporada navideña, claro que iba a estar más ocupada de lo normal. Así que tomé una hoja de mi cuaderno y escribí una nota.

—Jane, ¿Crees que Hopper se moleste si salimos un rato?

—La verdad no, digo, vengo contigo.

Me sonrió de oreja a oreja, entusiasmada. Tiene mucho que no salíamos, y tengo que admitir que igual me gustan las aventuras improvisadas. Me gusta cuando se planea todo, porque tienes cierta certeza de que las cosas van a salir bien, pero cuando es espontáneo creo que le da otro toque de aventura a las cosas.

Termino de escribir y busco un lugar estratégico para poner la nota. Mientras tanto, le digo a mi hermana que busque algun abrigo para ponerse, y que si gusta tome un poco de café del que quedó, lo caliente y use el termo.

Yo recién busco mis cosas. Estuve en casa todo el día, así que llevo una ropa no tan adaptada para exteriores como la de Ce. Tomo un poco de dinero por si acaso.

Salimos y con una linterna nos dirigimos a las calles. En el camino claro que no hay mucho, casi todo está en el centro del pueblo, lo cual queda un poco retirado de la casa, pero ella no tarda en comenzar a hacer preguntas.

—¿Sin qué invento no podrías vivir? Ya sabes, cosas como cámaras, televisión y esas cosas.

Es una pregunta interesante, pero no tardo en dar respuesta.

—Grabadoras. Ahora que lo pienso suena un poco obvio. Mi estado de ánimo depende de la música y con cada cosa que hago tengo la necesidad de poner siquiera una canción— el aire aumenta su intensidad y rodeo a la chica con el brazo —. ¿Tú de qué invento dependes?

Trazando Constelaciones (Byler)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora