• 07 •

3.8K 410 4
                                        


  — Maldito gancho, suelta mi mochila. — maldijo el castaño mientras estiraba el bolso que se había quedado trancado a un gancho de la puerta

  Siguió estirando más fuerte de lo debido y terminó rasgando la tela. Estuvo por volver a soltar un serie de maldiciones cuando escuchó unas voces acercarse al salón.

  — Es algo raro, tiene una forma linda de expresarse, me gusta bastante. — mencionó Jeon mientras iba ingresando junto a su amigo bajito.

  Taehyung chilló en su interior mientras miraba disimuladamente al chico que le gustaba. Vio como ambos amigos se sentaban a un par de mesas lejos de él y volvió a sentarse, fingiendo que acababa de llegar.

  — ¿Pero realmente no dice nada sobre él? No lo sé, su aspecto físico o algo así. — preguntó recostándose por la mesa con una expresión aburrida.

  — No, apenas sé que es un chico gracias a los pronombres que utiliza, pero nunca ha dicho algo sobre cómo luce... — susurró exasperado. — Algo que noté es que firma todas sus cartas con una luna.

  El castaño ensanchó sus ojos con sorpresa al escuchar la conversación. Recordó que su mejor amigo hacía lo mismo, y Jeon acababa de mencionar unas cartas, ¿acaso...?

  — De todos modos, ¿para qué quieres saber quién es? Tú mismo dijiste que no estabas interesado en tener alguna relación, no entiendo para qué querrías encontrarlo. — comentó el pálido mirando a su amigo con una ceja enarcada.

  — No lo sé, solo me da curiosidad... aún no leí todas las cartas, pero espero encontrar algo que me ayude a identificarlo.

  — Oh, amigo, buena suerte con eso. — rió.

  Taehyung se levantó rápidamente de su lugar, llamando la atención de los otros dos chicos que no se habían percatado de su presencia.

  — Oh, Kim, no te había visto. — saludó Yoongi.

  — Min, Jeon. — fue lo único que pudo responder antes de salir del lugar como alma que lleva el diablo.

  — Ese chico es algo raro... — susurró Jungkook antes de seguir hablando con el bajito.

  Por otro lado el castaño se encontraba yendo a pasos apresurados hasta la cantina de la universidad para encontrar a su mejor amigo ahí. Las personas que se cruzaban con él lo miraban raro al ver cómo movía sus piernas apresuradamenre para evitar correr.

  Entró y pudo ver a Jimin sentado en el mismo lugar de siempre, sin hacerse esperar se acercó y gritó antes de llegar.

  — ¡Park Jimin! — chilló sentándose y golpeando fuertemente la mesa.

  El rubio lo miró con los ojos abiertos de forma exagerada, sorprendido por la llegada repentina del castaño.

  — ¿Qué caraj-? — no pudo alcanzar a terminar porque Taehyung lo interrumpió.

  — ¿¡Qué carajos hiciste tú!? — preguntó alterado.

— ¿De qué hablas? — frunció el ceño en señal de confusión.

  — ¡Jeon Jungkook te está buscando!

  — ¿Q-qué? — ahora su rostro lucía pálido. — ¿Cómo así? ¿A m-mí? — balbuceó.

  — ¡Sí! Lo escuché hablando con Yoongi, que por cierto lucía precioso en aquel outfit negro, pero ese no es el tema. ¡Encontró tus cartas! ¿En dónde diablos las arrojaste, enano imbécil?

  — ¡Oye, no me llames así! — chilló. — Las arrojé en el contenedor, ¿cómo mierda las encontró? Ni siquiera vino ayer, ¿se las habrá dado alguien más?

  — No lo sé. — suspiró Taehyung. — Yo siempre pensé que era mejor quemarlas.

  — No pude hacerlo. — negó frustrado pasando sus manos por su rostro.

  El castaño miró atentamente a su amigo, ahora más preocupado por el menor.

  — Dime que al menos no te mencionaste a ti mismo en ningun carta.

  Jimin le entregó una mirada afligida mientras se mordía el labio inferior.

  — No lo recuerdo... — murmuró tomándose del pelo. — Creo que no, mierda. — jadeó.

  — Oh, Jimin...

Letters • kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora