Cansado de sus sentimientos reprimidos, Jimin decidió arrojar todas las cartas que había escrito para el chico que le gustaba.
Lo que le sorprendió al día siguiente fue encontrarse con la noticia de que Jungkook lo estaba buscando.
- Estas cartas...
— Lo siento, saliste un poco apresurado de clases y no pude evitar preocuparme. — el castaño sonrió amable.
— Oh, sí, solo tengo un poco de prisa. — explicó intentando pasar por al lado del chico.
El rubio sintió un leve agarre en su muñeca que lo hizo detenerse nuevamente, se giró y enarcó una ceja en dirección al más alto.
— ¿Tienes pareja para el trabajo de Literatura? — preguntó interesado.
— No... prefiero hacerlo solo. — se zafó del agarre ajeno discretamente.
— Está bien... ¿entonces puedo preguntarte si te gustaría salir el fin de semana? Ya comenzarán las vacaciones. — su voz sonaba un poco insegura.
Jimin no pudo evitar mirarle con lástima antes de negar. No podía pretender seguir siendo amigo del castaño sabiendo lo que este sentía, lo que menos quería era ilusionar al chico y luego lastimarlo.
— No, ya tengo planes, lo siento mucho. — negó suavemente.
— No hay problema, podríamos dejarlo para... — quiso seguir insistiendo, pero el rubio lo detuvo.
— Perdón, pero me gusta alguien más. — confesó finalmente. — Sé que eres un buen chico y tienes buenas intenciones conmigo, pero no puedo corresponderte, amo a otra persona.
Hoseok pareció congelarse un par de segundos antes de parpadear rápidamente en un intento de salir del estado de sorpresa. Aunque muy en el fondo él sabía que las cosas serían así.
— Es Jungkook, ¿no? — preguntó con la voz dolida.
Jimin frunció su ceño antes de responder. — Creo que eso no es de tu...
— Lo sé, lo siento. — lo interrumpió. — Está bien, realmente lo entiendo, Jungkook es alguien increíble, todos lo aman, no me sorprende que tú también lo hagas. — una sonrisa amarga adornó su rostro. — No voy a insistirte si no me quieres, te deseo suerte con él. — fue lo último que dijo antes de marcharse del lugar.
El menor quiso volver a disculparse, pero para cuando se dio cuenta Hoseok ya no se encontraba ahí.
— Mierda... — susurró sintiéndose mal por el castaño.
Sin embargo todo sentimiento de culpa fue reemplazado por uno de miedo cuando se dio cuenta de que dejó a cierto pelinegro esperando por al menos treinta minutos.
Con miedo comenzó a dirigirse al refugio que ambos tenían mientras intentaba sacar el celular de su bolsillo, con las manos temblorosas lo tomó para ver los mensajes que Jungkook le había enviado.
Sintiendo como su corazón colgaba en sus manos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.