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  Las gotas de agua se escurrían por todo su torso hasta terminar cayendo y empapando el piso, mojando todo a su paso. Una toalla blanca se encontraba enganchada en su cadera mientras que con otra iba secando la humedad de su negra cabellera.

  Jungkook terminó de sacudir su pelo y colgó la toalla mientras se acercaba al clóset para tomar un bóxer y una remera de pijama. Se encontraba secando su cuerpo cuando a lo lejos vio la pila de cartas que había dejado en su escritorio cinco días antes.

  Un largo suspiro abandonó sus labios cuando terminó de vestirse y se acercó al escritorio para sentarse en la silla frente a él. Comenzó a revisar las cartas, todas estaban decoradas de diferentes formas, algunas tenían flores y otras corazones, mientras que siempre se mantenía la misma luna al final de cada escritura.

  Cuidadosamente sacó una hoja de uno de los sobres, dispuesto a leer su contenido, en esta ocasión se percató de que se trataba meramente de un poema, no estaban las palabras que el chico usualmente escribía.

  Hasta ese entonces llevaba al menos ocho cartas leídas, en todas la persona desconocida contaba sus días o las cosas que le habían pasado, y habitualmente terminaba despidiéndose con un pequeño poema que lo hacía sonreir inconscientemente.

  Se acomodó en su silla y comenzó a leer el nuevo poema entre sus manos;

  "Querido Jungkook.

     «No te puedo bajar la luna,
     pero puedo acompañarte cada vez
    que quieras disfrutar de su belleza.

    No puedo evitar tus malos momentos,
   pero puedo estar contigo siempre para ayudarte
   a afrontarlos.

   Tal vez no pueda darte todo lo mejor del mundo,
   pero sí puedo darte todo lo mejor de mí.»

                                                                - Con cariño, ☾."
                                        

  Inevitablemente sonrió al terminar de leer, inaginando al chico escribiendo eso mientras pensaba en él. Mordió su piercing jugando con él, pensando en quién podría ser esa persona que lo admiraba tanto.

  No sabía cómo lucía, pero definitivamente estaba interesado, se notaba que no se trataba de alguien que solamente busca diversión, era alguien inteligente y con sentimientos puros, una persona que no era para nada como las demás con las que tenía la mala suerte de encontrarse.

Suspiró y apagó la pequeña lámpara del escritorio, yendo hasta su cama y arropandose para dormir.

  Deseando por quinta vez en la semana encontrar al autor de aquellas palabras.
 

  

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Holi, ultimamente ando algo desaparecida acá porque estoy actualizando más en twitter :(, perdoncito.

Letters • kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora