• 28 •

2.7K 287 22
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



 Una pequeña risa divertida brotó de la garganta de Jungkook al escuchar a cierto rubio parlotear alegremente mientras señalaba todo lo que le llamaba la atención

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una pequeña risa divertida brotó de la garganta de Jungkook al escuchar a cierto rubio parlotear alegremente mientras señalaba todo lo que le llamaba la atención.

Habían llegado hace dos horas al parque y no se detuvieron en ningún momento.

El pelinegro tuvo que ingeniárselas para comprar los tickets de varios juegos sin que Jimin lo vea, pues había dicho que eran un regalo hecho por su tío. Por suerte lo logró con éxito y en ese momento se encontraba caminando detrás del chico, dejándose guiar por el entusiasmo ajeno.

— El rostro de la mujer fue hilarante, debiste haber subido conmigo, Kook. — rió dulcemente.

— Odio las montañas rusas, probablemente hubiera muerto allá arriba. — respondió sin borrar su sonrisa.

Descubrió que ver sonreír a Jimin lo hacía sonreír a él.

— Eres aburrido, pero te lo perdono. ¿Vamos ahora a la rueda gigante? — pidió poniendo ojitos de cachorro. Jungkook sintió su corazón derretirse.

— Planeaba dejarlo para el final del día. La vista desde arriba es más bonita cuando es el atardecer. — comentó llevando las manos a sus bolsillos.

— Oh, en ese caso puedo esperar. ¿Qué hacemos entonces?

El pelinegro lo pensó por un momento antes de dirigir su vista hacia un lugar en específico.

La casa del terror.

— Podríamos...

— Oh, no estarás pensando en entrar a ese lugar... — lo interrumpió inmediatamente el rubio al percatarse de la mirada ajena.

Jungkook rió suavemente. — ¿Por qué? ¿Tienes miedo? — su tono de voz sonaba como una burla que logró hacer enojar al más bajito.

— ¡Sí, y no me escondo! — chilló alejándose del lugar, el pelinegro volvió a carcajearse antes de seguirlo. — Detesto las cosas de terror, realmente no sirvo para eso.

— Oh, vamos, ¿qué tan malo podría ser? — el rubio se detuvo para mirarlo de forma inquisidora. — Digo, es de día... y estaré contigo. ¿Por qué tendrías miedo?

Jimin se sonrojó un poco antes de volver a hablar. — ¿Quieres decir que no debería de tener miedo si estoy contigo? —

Jungkook sonrió alegre.

— Lo entendiste todo, lunita.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


[...]

Letters • kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora