The Last Call - Charles Lecrerc

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Un gran equipo, él idiota en la pista y en general.
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Austin, Texas

—Elizabeth Wolff. —habla papá por el auricular— ¡Me alegra informar que has conseguido un podio!

La emoción que sentí ese día sería inolvidable, cruzar la meta con el equipo de mercedes sobre la barda que separaba pits y circuito, festejando y gritando, me sentí apoyada y querida en este ambiente tan increíble.

Estacione el monoplaza en su lugar y baje con prisa hacia mi padre para abrazarlo con todas mis fuerzas. Pase a mamá y mi hermano y por último salte con todo el equipo que me levanto dándome impulsos como si de un concierto se tratase.

Lewis me alcanzo la bandera británica junto con la alemana y la austríaca combinadas en cuanto pudo, ya que los chicos y chicas del equipo seguían lanzándome al cielo.

Sin duda Mercedes era mi equipo de corazón. Solo bastó de un segundo lugar para que me hicieran toda esta fiesta.

—Primera carrera y has conseguido un segundo lugar —dice Max en cuanto llegó al cold room— felicidades Eli.

—No fue nada fácil, quería alcanzarte solo que la presión del Ferrari atrás no me dejaba —digo— buena carrera Lecrerc.

Este me ignora dando un sorbo a su bebida.

Espero que esto no sea puesto en las televisoras, sería una total vergüenza con mi cara de incomodidad.

—¿George te a dejado pasar? —el neerlandés trata de aminorar la tensión creada— escuche algo sobre eso.

—Así es —pasó un mechón de cabello tras mi oreja— acordamos unas vueltas de prueba y al final presione consiguiendo adelantarle.

Nos avisan que es hora de salir a recibir el premio.

Cuando se anuncia mi nombre mis emociones vuelven. Ver al equipo festejando debajo, mi familia, mi novio, George y Lewis, todos gritando "Wolff, Wolff, Wolff".

Por último anuncian a Max y aplaudo recibiéndolo.

Batí mi champán con todas mis fuerzas y de un rodillazo ligero la botella se abrió salpicando al campeón de la carrera.

En cuanto termine de festejar con ambos pilotos supe que quería este futuro para mi. Sentí una punzada.

Max se acercó para darme de la bebida desde arriba, le marqué con la mano para que parara. Tenía entrevista después de esto y no quería hacer el ridículo.

—Tienes entrevistas con distintas revistas —Sasha va a mi lado— si las preguntas se vuelven incómodas asientes hacia mi y yo me encargo de acabar con la sesión.

Agradecí, en los pocos días que llevaba trabajando con ella me sentía muy cómoda, parecía entender los problemas que había entre pilotos femeninas y sabía sobrellevarlos haciéndome ver madura y profesional.

—Elizabeth Wolff —el hombre estrecha su mano y la tomo— has hecho una gran carrera allá afuera ¿algún contrato con escuderías en tus planes?

—En mis planes está entrar a la categoría en cuanto antes...

La entrevista fue tranquila y el hombre parecía no salirse de la raya con sus preguntas. Hasta que llegue a una chica encargada de una revista de chismes.