The Last Call - Charles Lecrerc

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Los silencios son cómodos con las personas correctas
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Miami, Florida

Ya eran las doce de la noche aquí en Florida, y nuestras gargantas seguían haciendo su trabajo cantando, o más bien graznando en el bar.

Después de haber cenado se nos habían unido más amigos para irnos todos a este bar en el que tenían noche de karaoke.

—Es nuestro turno —Dany me jalo para acercarnos a la pantalla y elegir canción.

Habíamos hecho parejas para hacer una "batalla de dúos" como Lando la llamo.

Eran Alex y Lily, George y Carmen, Lando y Carlos, Max y Mick (Kelly tuvo que irse), Pierre y Yuki y por último Daniel y yo. Algunos ya se habían ido, como Lance y Sergio.

—Date prisa Dany —se quejan detrás de nosotros, era verdad que ya llevábamos un buen rato eligiendo canción— Carlos y yo queremos cantar smooth operator.

Lo voltea a ver pestañeando mas de una vez tomándome la mano como si fueran un matrimonio.

—Que molesto eres Lando —le saco la lengua.

—¡Ya se! —Dany por fin se decide.

Girls just wanna have fun.

Negué divertida y antes de poner play nos interrumpieron:

—¿Hay espacio para uno más?

Me crucé de brazos y me di la vuelta como si buscara algo en la pantalla. Algo así como cuando ves a un grupo de adolescentes en la calle y utilizas tu móvil a lo tonto con tal de no voltear.

—Dany... —la voz de Pierre se alza— te oyes mal y créeme que de parte de todos creemos que es mejor que cedas tu lugar.

Ahora si me giro a la defensiva a él estupido francés que está proponiendo esto.

—Pero...

—Recordemos que Charles es nuestro talento musical justo ahora, dejémoslo cantar.

Veo a Dany renegando, levanta los hombros y se excusa:

—Perdón, pero es cierto, no quiero dañar el sueño de ser músico de nuestro Charles.

—Traidor —digo entre dientes.

Le pasa el micrófono al pendejo de Lecrerc quien se hace el tímido.

Maldito.

—Deja la farsa —le susurro—. Que esto te encanta.

—¿Cantas tan bien como gimes? —ignora mi comentario.

La canción se movió gracias a mi intento de ignorar a quien resultó cantaría conmigo.

—The Man —dijo con su sexy acento francés—. Amo esta canción.

Se ríe como un niño tierno. Quiero odiarlo, pero me lo pone muy difícil.

—¡Eli! ¡Tu obsesión con Taylor Swift ya nos contagió!

—Supérala —le sigue Alex.

Le saco el dedo del medio a Lando y Alex.

—Déjenla soñar —le sonrió a Mick—. Aún cree que taylor estará en el paddock el domingo.

Todos se ríen después del mal chiste de Mick. La mayoría llevaba como mínimo una cerveza y la estupidez se les había subido. Yo decidí mantenerme sobria esta noche para cuidarlos a todos. Además de que no me sentía con ganas de beber alcohol.