The Last Call - Charles Lecrerc

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Un campeonato más, y un agujero más profundo.
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Abu Dhabi, Yas Marina

Salí al podio celebrando mi victoria y campeonato.

Mi familia y el equipo de mercedes festejaban desde abajo junto a DAMS, mi equipo actual en el F2.

"Tendrás que empezar desde abajo si quieres llegar hasta arriba" las palabras de Lewis resonaban en un eco. Tuve al mejor instructor y padrino eso era definitivo.

Espere a la final de la fórmula 1 para dirigirme a quien tomaría mi lugar para la siguiente temporada.

Estreche su mano y la tomo emocionado.

—Felicidades Wolff.

—Dime Eli —le digo— tienes una amiga conmigo, si necesitas algo...

—Tiene a su hermano.

Sonrío ocultando mi mala cara.

El rubio frente a mi abre mucho los ojos y le da un golpecito al brazo.

Hasta ahora lo había ignorado, era más fácil. Solo tenía que soportar sus miradas en cada Gran Premio desde México.

—Cuentas conmigo Arthur —digo por fin.

—Te lo agradezco.

—Felicidades por el subcampeonato Lecrerc —sonrió falsamente.

—Igualmente Wolff.

Le doy la mano y lo acerco para susurrar lo que mi mente maquinó a toda velocidad:

—Solo que yo si conseguí mi campeonato.

Su aroma inunda mis fosas nasales. Se revuelve con el olor al sudor por el esfuerzo físico.

—En una categoría inferior —aprieta los dientes.

Me acomodaron entre ambos hermanos.

Sonreímos los tres frente a la cámara. Casi tanto como podíamos. Ellos llevaban su mono y polo de Ferrari mientras yo aún vestía mi mono de DAMS con logos y playera de la academia de Mercedes.

Los flashes casi me enceguecen, los reporteros por fuera de la línea de pits comenzaron a gritar sus preguntas.

—La relación de los Wolff y los Lecrerc ¿Veremos a alguno competir en Mercedes AMG-PETRONAS en los siguientes años?

Todos rumoreaban de que con el fiasco de Ferrari Charles tendría un lugar en Mercedes.

—Hemos visto que Lecrerc a tenido conflictos en Ferrari ¿Tu padre piensa en integrarlo al equipo?

Seguí mi camino ignorando las preguntas, mi objetivo era el menor de los hermanos y me atacaban con preguntas sobre el mayor.

—¿Festejaremos? —pregunté cuando entre el garage.

—No creo que sea un país muy apto para festejar —contesta Lewis.

—Eres un aburrido.

—No lo soy niña. Solo soy responsable.

Me acerco al británico que toma agua tranquilo viendo el desastre en la entrada de su garage. Todos en los garages parecían locos guardando todo.

—Felicidades Gigi.