The Last Call - Charles Lecrerc

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Y entendí que con ella quería pasar el resto de mi vida
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Mónaco, Montecarlo

Estos días estaba más feliz que nunca, Elizabeth se llevaba de maravilla con mamá y mi familia. Todo el tiempo sonreía, aunque esto me preocupaba un poco.

No olvido que sonreír es su máscara perfecta.

—¿Williams o Mercedes? —señala el vestido de mercedes y una playera de Williams.

—Ferrari.

Se hastía y regresa al baño.

—¡Mercedes! —le grito desde la habitación—. Quiero verte con vestido —susurro para mi mismo— así tengo vía libre entre tus piernas.

—¡Lecrerc! —chilla.

—Ya sabes como soy Mon amour.

Sale sonriente con su vestido del equipo y unos tennis de botín. Le hago una seña para que gire y eso mismo hace. Le doy mi aprobación y se emociona como una niña.

—¿Lista?

Asiente y le tomo la mano para salir al estacionamiento.

Bajamos juntos y pasamos la seguridad.

—Tengo un montón de trabajo —se queja cuando llegan y le entregan un portafolios.

Me rio y hace mala cara. Maldice en alemán y continúa hablando en su idioma natal sobre no sé que.

Nos detenemos a firmar cosas y fotografías con fans.

—¡Te lo dije! —le grita una chica a otra en francés—. La chica con la que estaba Lecrerc era Elizabeth Wolff.

Me rio y firmo sus posters.

—¿Hacemos linda pareja?

Se ponen rojas cuando las veo a los ojos.

—S-si.

Continuo por un rato más, cuando me doy cuenta mi novia esta hablando no muy contenta con algunas personas de Mercedes.

Hasta enojada es linda. Les grita en distintos idiomas, pasa del inglés al aleman, y también revuelve otro idioma extraño, supongo es Romache.

Le hago una seña y veo entre su ceño fruncido una sonrisa tímida y las mejillas rosadas.

—Tienes cara de estupido —Pierre llega a mi lado.

—Es que me siento estupido.

—Elizabeth Wolff te ha vuelto un cursi empalagoso.

—Y a ti Kika te hizo otro.

Nos encaminamos y doy una última ojeada, ahora se ríe irónicamente señalando a los tontos que le acaban de tirar unos neumáticos.

—¿Ya tienes planeada la fiesta para el final de la carrera?

—Tengo un evento y luego no se.

—Yo me encargó —pone una mano en mi hombro—. Conozco un lugar súper privado e increíble.

Me separo para entrar a Ferrari y comenzar con mi trabajo.

—Charles —me llama Silvia— necesito que veas algo.