XII. - De cultivador a aprendiz de médico

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XII.- 

De cultivador a aprendiz de médico 


En sus 13 años de vida Lan WangJi nunca había pensado ni preocupado por el dinero.

Durante 13 años había sido atendido en lo básico por la secta en la que nació, y su mente de bebé (luego de niño) nunca le llamó el interés hacia el dinero, después de todo, la secta estaba obligada a atender los gastos de sus necesidades básicas de su heredero.

Aunque debe mencionar que ni siquiera lo hacían bien, pero de que al menos tenía un pan en la boca y algo con que vestirse, lo tenía.

Nunca antes se había dado cuenta, pero el dinero es importante. El dinero probablemente resolverá la mayoría de sus problemas. También haría que todo fuera conveniente. Si bien todavía no estaba particularmente interesado en el dinero, ahora me se daba cuenta de su importancia.

Él ni siquiera sabía de su importancia hasta ahora, en que ha sido abandonado a su suerte y debe resolver cubrir sus necesidades básicas. Agregando que no tiene ni una sola moneda de cobre para comprar un mísero pan para comer.

A este punto se morirá de hambre si no iba a las cocinas a robar unos cuantos bollos al vapor.

Las únicas formas que tiene para ganar dinero es trabajando y yendo de cacería nocturna.

Y por eso se encontraba en la Ciudad CaiYi en medio de todas las personas que que iban de un lado a otro en completo animadas, la Ciudad CaiYi era ruidosa, extensa, las personas iban y venían ofreciendo, vendiendo, gritaban, regateaban, había niños llorando, niños riendo, niños corriendo...

Esta era la primera vez que bajaba a la ciudad como tal y fue tan abrumador, Lan WangJi contuvo el impulso de regresar asustado a la secta maldita.

Era demasiado para ser su primera vez bajando a una ciudad solo, cuando se escapó él se había ido por los bosques evitando todo ser humano, fue igual cuando fue a conseguir vendas y medicinas para su amigo, él fue a una casa ataúd a buscarlas, además que cuando fueron al pueblo más cercano para regresar a sus respectivas sectas, él no ingreso al pueblo, sólo lo tomó de guía para saber él camino correcto de regreso por el bosque.

No pudo evitar contar al menos 20 reglas rotas, era un horrible hábito que desarrollo para saber cuales serían sus castigos, casi se sintió aliviado que las personas no vivieran en la secta, las personas bulliciosas no sobrevivían en Gusu Lan.

Cuando pudo controlar su miedo fue a dar un encargo para el centinela que se encargaba de enviar cartas y siempre estaba en CaiYi por si debía moverse de forma rápida.

Los centinelas eran las personas más amables que podrás encontrar en Gusu Lan, sabía que no corría peligro con ellos, eran de los pocos que lo trataban bien.

Al llegar lo recibió un niño de su edad.

—Vengo a dejar una carta para el centinela Li— hizo una ligera reverencia de forma respetuosa y el niño corrió hacia adentro gritando.

—¡A-Die, te buscan de Gusu Lan!— el señor se asomó sonriendo.

—Segundo joven maestro Lan, este es mi hijo Xiao He—  Lan WangJi asintió.

—Lan Zhan de cortesía Lan WangJi, es un gusto— el niño sonrió haciendo lo mismo.

Miró al centinela Li.

—Vengo a dejar esta carta para que sea entregada a Nie HuaiSang. —entregó la carta.

—¿Aún sigues enviando cartas a espaldas de la secta? —Lan WangJi se congeló— ¡Hey! No te asustes, no le diré a nadie, sé perfectamente él porque lo haces. Además, quería preguntarte si te encuentras bien. No vi ni un rastro de ti en dos meses.

El dolor del jade y el loto rojo [Mo Dao Zu Shi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora