14

33 1 0
                                    



Capitulo XIV

Severus se despertó por el delicioso olor que llegó a su nariz y es que incluso sintió que su estómago se estaba comiendo así mismo, por lo que se levantó y al seguir el olor llegó a la pequeña salita donde Sirius ya estaba sentado.

–No quise despertarte hasta que estuviese todo listo.

–Pues ya estoy aquí.

–Cortesía de los elfos.

–¿Aún queda alguno?

–Sí, pero estaban escondidos, pues no confiaban en ti.

–La historia de mi vida.

–Ven, ya probó todo por si temes que te envenenen.

El pocionista se atribuye y probó el primer bocado.

–Ya viví.

–Exagerado.

Era raro que esos dos no estuvieran insultándose, pero ambos estaban hambrientos y eso valía la tregua.

Casi terminaban cuando una lechuza llego a las habitaciones.

–Pobre recorrió todo el castillo –El animago se compadeció de la lechuza y le dio un buen bocado de su comida.

Severus leyó la nota y la dejó en una mesita.

–Me han enviado la fecha de mi visita para atestiguar, por lo menos será en cuatro días.

–A mí no me han llamado.

–Obvio que no.

–...

Concluyeron con sus alimentos y Severus se levantó para abordar al cuarto.

–Voy a bañarme.

–Bien, yo ya me bañé. Iré a revisar y luego con Hagrid para ver si no necesita ayuda, por cierto él no se fue, ni murió.

–Estaba escondido con su hermano en el bosque prohibido y yo nunca informe de su presencia.

–Con razón no desconfía de ti.

–Uno entre millas.

Cada uno se separó y Severus se preguntó porque de pronto Black se estaba comportando decentemente.

000

Sirius alzo la mano en gesto que era de saludo. Hagrid respondió y esperó al mago.

–¿Cómo está todo? – preguntaron amablemente el pelinegro.

–Bien, pero muy solitario.

–Esperamos que Hogwarts se vuelva a abrir.

–¿Y los que ya no están?

–No podemos dejar que su sacrificio sea en vano, por eso debe de abrir las puertas del colegio de nuevo.

–Tú crees... que... ¿pueda seguir dando clases?

–Yo creo que sí, yo te postularé.

–Gracias ¿Y el profesor Snape?

–En la habitación.

–¿Seguirá siendo profesor?

–No lo sé... a mí no me agradaría que tuviera tanto tiempo aquí.

–... ¿Entonces es cierto?

–Que estamos casados, si es cierto –informó feliz el mago– aunque él no lo acepte... aún.

compromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora