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Capitulo XXVI

Los golpes en su puerta solo confirmaron lo que su olfato le decía y Caín ya estaba levantado y abriendo la puerta.

–Conrado...

–Caín, hemos encontrado invasores en el bosque y creemos que son los que asaltaron la casa de los jefes.

–Vamos.

El pelinegro avanzó a un paso tranquilo, sabiendo que Connor y su equipo, tenían todo resuelto.

–¿Y son muchos?

–Si bastantes, pero... Merlín no lo vas a creer.

-Diez centavos.

–Mejor lo ves tú mismo.

Salieron del área de casa y recorrieron un buen tramo hasta llegar al claro donde Connor y los suyos tenían a los asaltantes.

–Ya veo por qué dijiste que no podría creer y... debo llamar a Remus, tuvimos problemas si esto se sale de control.

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Harry sintió como su esposo estaba bajó las mantas y se destapó para tener mejor vista de lo que sucedió en la parte baja. El rubio lamia su miembro. Harry empezó a gemir, tomó el cabello dorado entre sus manos y guio la felación. Draco sintió pulsar el pene de su moreno y se detuvo dejándolo sudoroso sonrojado y jadeante.

–Sabes que me pones un mil...

Harry se rió quedito acercándose a su esposo y mordiendo juguetonamente el oído de este. Draco besó posesivamente al moreno y al alejarse lo miró y sus ojos plata parecían brillar peligrosos.

–Te amo... y juro que te matare si permites que otro te vea de este modo.

–Nunca lo haría... tú eres y serás el único.

Draco se relamió los labios y penetró a su esposo. Harry jadeó recibiendo al rubio. No supieron ni les importó cuando terminaron entrelazados, pero cuando el clímax los envolvió se sintieron como una sola persona e incluso sus magias bailaron entrelazadas a su alrededor como un manto que los cubrió.

Recostados disfrutando el post-orgasmoon escuchar un toque en la puerta y al moreno le extrañó.

–¿Quién nos buscará?

–Deben ser los elfos, ellos tienen un código de servidumbre y saben que cuando sus amos están... indispuestos deben tocar en vez de aparecerse .

-Oh...

Harry se cubrió lo necesario y cubrió a su esposo, luego habló.

–Adelante.

Canny entró y saludó cortés.

–Perdonen amos, pero el señor Remus los espera abajo, quiere que el amo Draco lo acompañe.

–¡¿Ahora?!

–Si amo.

–¿A dónde será posible que lo acompañe?

–No lo sé, pero debe ser importante y urgente.

Dijo el rubio incorporándose y buscando la bata para colocársela.

–¡¿Tú papá?!

–Espero que no.

El rubio tuvo que aplicar un Fregotego , pues Remus no esperaría a que se bañaran. Harry hizo lo mismo y ambos listos, bajaron para ver al rubio trigo que tomó un poco de chocolate y pareció que había sido despertado poco antes.

–Remus, chocolate a media noche. –comentó divertido el rubio platino.

–Es para despertar.

Harry se rió agregando:

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