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Capítulo XXIV
Lucius salió caminando tranquilamente con Remus acomodándole la túnica.
-Tengo hambre.
–Ya es casi la hora de la cena.
–Pero antes debo buscar a Peter, para que me informe como va todo.
–Seguro que está con alguien de los que no quieres que abusen.
-Si.
El matrimonio Malfoy salió por el pasillo y en cuanto lo hicieron fueron interceptados por Rita.
–Señor Malfoy que bueno que lo encuentro; me preguntaba ¿si su empresa donara para este evento? ¿Y si lo hace cuánto le descontara el Ministerio de sus impuestos? Pues de ese modo me explicaría por qué han gastado tanto en esta gran fiesta.
Lucius se quedó parado pensando en que esa mujer era peor que una plaga de bundimuns *.
–La fiesta la hizo mi yerno con sus amigos y si las empresas Malfoy donaran, es cuestión de mi hijo Draco.
–Por supuesto los impuestos serán perdonados. –arremetió la bruja de nueva.
–Como usted colocaría deducibles los gastos de trasporte, cuando es una animaga que no necesita medio para trasportarse ¿no? –agregó Remus.
Rita se quedó callada por un tiempo, luego se giró sobre sus talones y salió del lugar.
–Como quisiera que con eso se fuera, pero lo dudo –dijo Lucius.
–Vamos no nos amarguemos y vamos a ver a Narcissa para ver si ya servirán la cena.
–No, mejor sería ir con Molly Weasley.
Remus se quedó atónito ante lo dicho por su esposo, pero este se justificó:
–El manejaría lo referente a la comida.
-Oh...
Los dos magos salieron por uno de los balcones y bajaron al jardín donde buscaron a Molly desde uno de los arbustos recortados en forma de Abraxan . Remus se asomó y Lucius se quedó oculto, pues en ese momento no quería ver a nadie, considerando que los negocios que iba a realizar ya los había hecho unas horas antes. Lupin falló entre los grupos de magos y brujas y notó a Peter lidiando con el coqueteo de uno de los gemelos ¿o los dos?, el licántropo negó « pobre Peter» se dijo.
–¿Qué pasa? ¿Por qué pusiste esa cara?
–Es mejor que vayas a rescatar a tu secretario.
–¿De qué?
–De los gemelos.
–Ah... él sabe cuidarse solo –No le dio importancia el Malfoy– Encuentra a Molly, tú hijo y yo tenemos hambre.
Remus siguió su búsqueda, pues reconoció en el tono autoritario de Lucius que este ya no admitiría demoras.
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Draco no soltó a su esposo ni aun cuando la melodía terminó y lo guio de regreso a donde se habían reunido los amigos de ambos. Blaise iba llegando de la mano de Ron quien sonreía sospechosamente feliz, por lo que Hermione se acercó y lo pellizcó discretamente.
–¿Dónde estaban?
-Una gallina...
Harry negó y respondió por el pobre pelirrojo.
–No preguntes Hermione y ello no tendrás que mentir.
Los Slytherin miraron en dirección de eso tres y Zabini respondió:
