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Capitulo XXX

Conrad corriría sin dejar de lanzar hechizo tras hechizo, una ventaja de que los Cazadores no hubieran roto todas las barreras era que los aurores no se enterarían que usaba maldiciones, lo malo es que tampoco sabrían que estaban siendo atacados. Gale suspiró aliviado, pues corriendo en dirección contraria, vio a sus compañeros. Connor llegó hasta ellos y les aventó un frasco a cada uno:

–¡Tómenla es la matalobos !

–¡¿Cómo...?! –se opuso a Conrad.

–¡Solo hazlo!

Detrás de ellos los Cazadores ya estaba corriendo en cuatro patas y dispuesta a devorarlos, Gale abrió la boca sorprendida...

–¡¿Cómo pueden transformarse a su gusto?!

–Dicen que esa era su secreto, pero ya no más...

Sentenció Connor y deteniéndose se fue transformando en lobo, y luego se giró llamando a sus compañeros como si solo el cuerpo y no la mente hubiera cambiado y... así era.

Conrad arrancó con los dientes el tapón del frasco y lo bebió.

–Si esto me puede ayudar a transformarme sin perder mi pensamiento racional, le deberé un gran regaló a Severus Snape.

El enfrentamiento se dio y el grupo de guardia detuvo a base de mordidas y fuerza a los Cazadores ... a la mayoría de ellos.

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Cuando las luces cruzaron el cielo, Draco y Remus sintieron que las piernas no los sostenían, ambos rubios corrieron al poblado para proteger a su familia ya los demás. Caín quiso correr con ellos, más debió detener a los que pudiera, auxiliado por un par de guardias.

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El clan Maclaud vio las luces y avisaron a todos, luego consiguieron juntar a los ancianos para llevars a un sitio seguro. Un joven llegó corriendo a la entrada de la clínica a donde estaban los magos que suministraban la poción:

–Los Cazadores están aquí.

Lucius se levantó de inmediato y salió apresurado, Theo casi voló a donde estaban su esposa y los niños, el joven informante lo siguió:

–Nosotros iremos –le dijo y Nott vio como jóvenes de unos quince y dieciséis años iban corriendo a su lado.

–Creí que no vería de nuevo a niños luchando una guerra.

John –como se llamaba el chico mensajero. Respondió:

–Ellos son nuestros hermanos, nuestros padres trataran de detener a los atacantes, pero si no... lo lograran, no debemos permitir que toquen a los niños.

Theo no respondió, pues esperaba igual, daría la vida por su esposa y su hijo no nato.

Hermione vio por la ventana a su esposo y al grupo de chicos corriendo hacia ese lugar y supo que algo andaba muy mal. Salió y sin que pudiese preguntar nada...

–Hermione no están atacando...

Y como si se necesitara una confirmación de las palabras de Theo, un par de licántropos iban avanzando veloces en esa dirección,

–¡Confringo ! _ –lanzó Theo e hizo un boquete en el suelo, pero los dos hombres lobo lograron esquivar el ataque.

Hermione sacó su varita y recitó...

Cueva Inimicum ...

Un hechizo que rodeó la casa con un escudo:

–¡Entra! –ordenó Nott.

compromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora