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epílogo
Lucius recibió la visita de sus allegados al día siguiente. Algunos muy ofendidos por que no fueron notificados el mismo día, sin embargo entendieron que el rubio no deseaba interrumpir la celebración.
Lucián estaba en su cuna y su padre sentado en un sillón cerca de él, mientras Remus invitaba a los visitantes a conocer a su hijo.
Tiny apareció y saludó con una inclinación de cabeza a sus amos e invitados, el clan Weasley:
–Señor, amo Lucius, hay un grupo de gente que pide permiso para entrar.
–¿Quiénes hijo? –cuestionó Remus.
–Amo Remus señor, trabajadores de Surrey.
–Oh entiendo –dijo el licántropo y miró al rubio patriarca.
Este asintió:
–Hazlos pasar a la sala Tiny.
–Sí señor.
El elfo desapareció y Molly preguntó:
–¿Irás tú Lucius?
–Me temo que no. Remo.
–Yo bajo.
El rubio trigo cargó al pequeño durmiente y salió junto con este a la sala.
–Vamos con él –opinó Harry y jaló a su esposo a la salida.
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En la entrada de la mansión Josué brincaba sobre un pie cantando y Connor se acercó a preguntarle:
–¿Qué cantas pequeño cachorro?
–Una canción pada bebé.
–Oh ¿y dónde la aprendiste?
–Papá me canta.
Caín sonrió y alzó a su hijo.
–¿Fuiste por él hoy? – Patricio preguntó.
–No, Sirius lo llevó, en cuanto supieron que el heredero había nacido, supusieron que vendríamos y que mi hijo debía estar conmigo.
-Oh.
Las puertas se abrieron y la comitiva entró guiada por Bulo. En la entrada estaban Harry y Draco:
–Bienvenidos, pasen. –invitó al rubio.
Harry sonrió y camino de la mano de su esposo. En una sala con grandes ventanales con vista al jardín, Remus acunaba a su hijo y al verlos entrar, llamó:
–Caín, amigos, pasen y vean a mi cachorrito.
El grupo fue hasta el licántropo rubio y este descubrió al bebé que se había despertado y bostezaba.
Patrick sonrió comentando:-
–Se ve más grande.
–Oh sanador Macgrey si lo vio ayer, no creo que haya crecido –dijo Harry divertido.
–Con nuestros hijos no se sabe –aseguró Caín.
El grupo rió y por eso el heredero Malfoy medio abrió los ojos.
