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Lastimosamente, Jongdae había tenido que regresar a trabajar a la oficina. Después de un mes técnicamente solo haciendo acto de presencia en la casa, Minseok se sintió un poco sobrecargado, especialmente porque ahora tenía que empezar a avanzar con las tareas acumuladas y ni hablar sobre poner verdadero orden en ese lugar.

Intentó tomárselo con calma, justo como Jongdae había sugerido, pero aún así, había mucho que hacer. Tampoco ayudaba que por las noches, el único momento en que podía avanzar con sus tareas, Jongdae no dejara de perseguirlo por todas partes para plantarle besos apasionados y una que otra manoseada. No era que no le encantara, pero lo último que necesitaba era reprobar alguna materia. Fue por ello que llegaron al acuerdo de que Minseok se marcharía a su casa cuando necesitara hacer tareas o estudiar en paz y como tenía tanto acumulado y de paso los exámenes estaban próximos, terminó quedándose en su propia casa por el resto de la semana.

Por su parte, Jongdae estaba ansioso porque la temporada de exámenes acabara. Sentía que había vivido una muy corta luna de miel con Minseok y que luego el cruel destino se lo había arrebatado de las manos.

—¿Qué tienes?

Jongdae alzó su mirada y observó a su jefe, que lo miraba con preocupación.

—Extraño a Minseok.

—Pero lo viste en la mañana y lo verás al volver en la noche.

—Sí, pero en la mañana tenía prisa y en la noche prometí no entretenerlo para que pudiera irse a su casa a estudiar.

Junmyeon gruñó recordando sus propios días de universidad. No era una época que extrañara demasiado.

—¿Y cuánto le falta?

—Un año y la tesis.

—Bueno, tendrás que aprender a ser paciente.

Jongdae hizo un gesto de angustia.

—Me hacía ilusión que pasáramos pronto al siguiente nivel, pero creo que eso tendrá que esperar.

Junmyeon alzó una ceja.

—Pensé que ustedes ya...

—No, solo hemos jugado un poco —Jongdae explicó—. Siempre surge algo por lo que no llegamos a hacerlo.

—No te preocupes, sucederá cuando sea el momento adecuado —Junmyeon intentó animarlo y levantó la hoja de papel que había estado sosteniendo en su mano—. Ahora, pasando a temas más importantes que el fin de tu castidad. Lee esto.

—¿Qué es? —Jongdae preguntó tomando la hoja llena de caracteres.

—No lo sé, tú dime —Junmyeon respondió mal disimulando una sonrisa.

Jongdae leyó un poco y unos segundos después, levantó la mirada con asombro.

—Quiere que se reúnan para ajustar detalles... Quiere que te presentes a un evento al que él va a asistir... Y que confirmes si te presentaras.

—Sí, eso fue lo que entendí.

—¿Aceptó? ¡El maldito aceptó la fusión! —Jongdae exclamó con una enorme sonrisa.

—¡Sí! —Junmyeon exclamó sin ocultar más su enorme sonrisa—. Reserva los boletos de avión y haz una reservación en el mismo hotel que...

—¿Boletos? —Jongdae preguntó confundido, ¿por qué el plural?

—No pretenderás que vaya solo, tienes que venir conmigo, mi chino no es tan bueno como el tuyo, voy a hacerme quedar a mí mismo como un idiota.

—Bueno, solo hay que conseguirte a un intérprete, no es necesario que yo...

Los Hijos Del Señor Kim [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora