11. Pasos.

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Minseok se miró al espejo y se reprendió una y mil veces.

Su mente estaba formulando excusa tras excusa, todas debidamente etiquetadas y marcadas con el sello de no-homo. Porque, por supuesto, habían muchas explicaciones lógicas y completamente heterosexuales para el semi problema que tenía en los pantalones.

Se mojó un poco el rostro y el cuello y respiró profundamente. Maldito Jongdae y sus estupideces, seguro había puesto ese programa adrede, solo para molestarlo. ¿Y por qué había dicho eso? Que a él también le gustaban los hombres... Con lo varonil y dominante que se veía, había estado casi seguro de que a él solo le iban los pechos... Carajo, pero ¿y eso que importaba? La orientación o los gustos de su jefe no eran asunto suyo.

Los golpes a la puerta lo hicieron dar un salto. Joder, ¿cuánto tiempo llevaba ya encerrado ahí? Dio una profunda respiración y abrió.

—¿Todo bien? ¿Necesitas ayuda?

Jongdae le dio una mirada llena de preocupación.

Minseok negó y sus ojos recorrieron el cuerpo de Jongdae, que no llevaba puesta la camisa, solo una toalla colgando descuidadamente de uno de sus hombros. Aunque era delgado, tenía una figura muy atractiva, como si fuera una pieza esculpida por un artista que no creía que los grandes músculos fueran una virtud, sino más bien se había concentrado en trazos finos y elegantes, delineando una cintura estrecha y una piel poco bronceada adornada con una constelación entera de lunares que...

Esperen un momento. NO.

—Déjame en paz —Minseok siseó furioso, consciente de que su problema estaba creciendo.

—Oye, deja la agresividad, si no te he hecho nada —Jongdae murmuró sorprendido por su actitud.

—Oh, claro que haces —Minseok lo acusó—. Siempre vas por ahí molestándome con cualquier cosa por la que yo muestre un mínimo de incomodidad.

—Pero...

—¡Y no lo niegues! Siempre desordenas lo que yo ordeno, revuelves la ropa sucia, guardas los trastes sin ningún orden, no ordenas la ropa antes de guardarla, ¿sabes que la última vez encontré una de tus miles corbatas entre los calcetines de Baekhyun? ¿Acaso lavas todo junto?

Jongdae se recostó sobre la pared y lo observó divertido.

Debería convertirte en mi esposa, te queda como anillo al dedo.

—¿Hay algo más que te moleste de mi?

—Una tonelada de cosas más, pero me basta con que dejes de fastidiarme.

—¿Todavía estás enojado por la escena gay? —Jongdae preguntó con una sonrisa.

—Ya te dije que no me molestan los gays, pero no por eso disfruto verlos cogiendo en televisión.

—¿Y qué es lo que disfrutas?

—El silencio, así que cállate y ve a bañarte —Minseok ordenó.

Jongdae apretó los labios intentando reprimir una sonrisa.

—De acuerdo, pero tengo una duda.

—¿Qué? —Minseok gruñó.

—¿Tú vas a poder bañarte solo?

—No te preocupes, me las arreglaré.

—Bien, pero si necesitas ayuda para vestirte o desvestirte estoy a tus órdenes.

—No debí habértelo pedido —Minseok masculló.

—¿Y qué? ¿Ibas a usar la misma camisa por un mes?

Los Hijos Del Señor Kim [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora