17. Cumpleaños (Parte III)

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Jongdae atrapó a Minseok contra la puerta y lo observó. Aún no estaba seguro de no estar soñando, le resultaba imposible creer que lo que había sucedido en el mirador de verdad hubiera pasado. Acunó su rostro y acarició sus mejillas. Minseok lo miraba de una forma distinta, llevaba todo el día haciéndolo, pero él había estado demasiado abstraído para captar su determinación. Acarició sus labios lentamente y lo sintió estremecerse. Minseok soltó un suspiro y cerró sus ojos.

—No sabes cuánto te deseo —Jongdae musitó acariciando sus labios otra vez.

—Bésame —Minseok suplicó.

Y la atracción por fin se decidió a empujarlos uno hacia el otro para que sus labios colisionaran, como lo harían dos estrellas que han orbitado peligrosamente cerca durante algún tiempo.

Jongdae atrapó el labio inferior de Minseok y lo chupó lentamente, como a una fruta suave y dulce. Tiró de él hasta que se escapó de su agarre y fue por el superior. Minseok suspiró, complacido con aquel inicio. Jongdae hizo descender una mano por su hombro y luego por su espalda. Minseok posó la mano sobre su pecho y arrugó su camisa. Jongdae juntó sus cuerpos un poco más e inclinó su rostro hacia un costado, deslizó sus labios entre los de Minseok y continuó besándolo con todas sus ganas. 

Besarlo se sentía tan inmensamente bien que empezó a cuestionarse si los labios de su niñero tenían poderes curativos. Uno de los dos temblaba, Jongdae no supo si era él o si tal vez eran los dos.

Se separaron y sus miradas se encontraron. Los ojos de Minseok brillaban y sus labios temblaban.

Jongdae sonrió y Minseok le devolvió la sonrisa tímidamente.

—Entonces, ¿ahora somos novios? —preguntó rodeándole la cintura.

Minseok asintió con las mejillas coloradas.

—¿Y tienes algún panfleto o algo? Quisiera saber cuales son los beneficios que incluye el paquete.

—Voy a hacerte una lista —Minseok murmuró.

Jongdae lo miró fijamente mientras deslizaba una mano lentamente a su trasero. Extendió su palma y lo apretó con fuerza.

El rostro de Minseok enrojeció.

—Quita tu mugrosa mano de ahí.

Jongdae hizo un puchero.

—Pero ya somos novios.

—Tenemos como dos horas siendo novios y solo me has dado un beso —Minseok le recordó—. Todavía no puedes manosearme

—De acuerdo, abre la boca —Jongdae ordenó.

—¿Qué?

—Ábrela.

 Minseok separó un poco sus labios y Jongdae se abalanzó sobre él. Cubrió su boca completamente, robándole el aliento y obligándolo a arquear su espalda. Minseok se colgó de su cuello y abrió su boca un poco más. Jongdae mordió sus labios para luego lamerlos una y otra vez. Su lengua levantaba a su paso un cosquilleo que se reproducía en su bajo vientre. Minseok también empujó su lengua dentro de la boca de... Oh, por Dios, Jongdae estaba succionando su lengua de una forma muy excitante. ¿Quién carajos le había enseñado a besar así? Qué rico, ojalá no se detuviera jamás.

El asalto a su boca continuó sin tregua y a Minseok se le estaba haciendo difícil seguirle el ritmo. Mientras disfrutaba del momento, acarició distraídamente su precioso cabello negro que se deslizaba entre sus dedos como seda.

Jongdae se separó un momento para tomar aire y lo miró con intensidad. Deslizó un dedo sobre su labio inferior y sonrió.

—Nunca los había visto tan rojos.

Los Hijos Del Señor Kim [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora